“Nos gustaría abrir un modelo asegurador diferente, mucho más europeo, donde hubiera una poliza básica obligada de seguro para aquel que tiene un determinado nivel de renta”. Con esta afirmación el consejero de Sanitat de la Generalitat, el polémico Boi Ruiz, levantó no poca polvareda, lo que le obligó poco después a matizar su afirmación, mediante una nota de la consejería, en la que aseguraba que había puesto un ejemplo de modelo sanitario posible como el que tienen en Holanda,  pero que “en ningún caso el Govern está considerando un modelo de financiación como este para los servicios sanitarios públicos de Catalunya”. La nota añadía que “lo que sí ha dicho el conseller es que dudaba de que el Gobierno del Estado, que es el que tendría que tomar una decisión como esta, tenga este debate como prioritario en estos momentos”.

Esta polémica nació en la conferencia que Boi Ruiz pronunció en la inauguración de las Jornadas de la Asociación Catalana de Establecimientos Sanitarios. Precisamente el conseller, antes de acceder este cargo, era el director general de la otra patronal de la sanidad, la Unión Catalana de Hospitales. En este marco, cuyos protagonistas conoce muy bien, ensalzó el papel de las aseguradoras catalanas, invitó a que el sector público y el privado cooperen más que compitan. Cuando lanzó la idea del seguro para los que se lo puedan pagar debió sonar muy bien a los mutualistas y que entra dentro de la filosofía que difunde Boi Ruiz sobre la necesidad de tomar medidas urgentes para mantener la sanidad pública, por que considera el actual sistema es insostenible. Esta actitud no deja de ser una promoción de la sanidad privada, máxime si se tiene presente el deterioro de la sanidad pública catalana ha sufrido con los recortes, provocando largas listas de espera y el cierre de no pocos servicios y, a causa de algunos incidentes, una cierta alarma social.