
Héctor Grisi, consejero delegado del Grupo Santander, y Ana Botín, presidenta ejecutiva, en la presentación de resultados de 2022.
Además de incrementar las dotaciones un 31% respecto a 2021, cuando el grupo liberó éstas en algunos países (10.509 millones€, 3.073 más que un año antes), el Santander ha hecho provisiones adicionales por la actualización de las previsiones macroeconómicas, dada la incertidumbre. Éstas suponen unos 1.400 millones€ en el balance del grupo.
Héctor Grisi, que se estrenaba en una presentación de resultados como consejero delegado, precisa que no se ha detectado un deterioro de la morosidad, por lo que en el Santander son «cautelosamente optimistas».
Escrito de otra manera, sin este ejercicio de prudencia el Santander hubiera podido presentar un beneficio de más de 10.300 millones, en lugar de los 9.605 millones, que no obstante suponen un 18% más que en 2021 y un resultado récord. Hasta ahora, ese puesto lo ocupaba el ejercicio 2007, justo antes del estallido de la crisis financiera internacional iniciada en el mercado de hipotecas subprime en EEUU, con 9.060 millones.
Además, el beneficio de 2022 se ve afectado por el impuesto a la banca, y que oscilará entre los 220 millones y los 230 millones para Santander España (que tendrá que abonarlo en el primer trimestre del ejercicio en curso). La presidenta del grupo, Ana Botín, recuerda que un tercio del beneficio va a pagar impuestos; reclama que «todos paguen más impuestos», no sólo los bancos y las energéticas, y advierte que la rentabilidad de la filial española (7,89% en 2022, casi 4,5 puntos más que en 2021) «todavía no cubre el coste del capital», por lo que «o damos menos crédito o reducimos el dividendo».
«Estamos analizándolo», responde cuando se le pregunta por un recurso contra el impuesto temporal a la banca
Ana Botín considera «crítico bajar la inflación», pero reconoce que «hacerlo sin afectar demasiado al crecimiento no es fácil». Avisa que los precios disparados afectan especialmente a «los más vulnerables», y subraya que «aunque los tipos pueden haber tocado techo, la inflación no está derrotada, y el reto es el crecimiento».
La presidenta del Santander, que sorteó con habilidad las preguntas de los periodistas sobre declaraciones del presidente y de la vicepresidenta segunda del Gobierno («mantenemos una buena relación de trabajo con todos los Gobiernos de los mercados donde operamos»), defiende que «un país crece más cuando es capaz de llegar a acuerdos y a consensos».
Ana Botín es tajante sobre algunas medidas propuestas, como la congelación de hipotecas, rechazando las que «expulsen del mercado a los más vulnerables», y recordando que la aplicación de una idea similar fue un rotundo fracaso en México, cuyos efectos negativos duraron más de 20 años, según el CEO, Héctor Grisi.
La presidenta del Santander defiende el Código de Buenas Prácticas, «un acuerdo equilibrado para ambas partes». Y aporta datos: el tipo medio de una hipoteca en España era en diciembre del 2,91%, frente al rendimiento del bono español a diez años, que se situó en el 3,5%. «No hay mejor evidencia que los números», remarca.
Sobre los depósitos, recuerda que «nunca cobramos al cliente minorista», cree que en algún momento se remunerarán, pero que «el margen debe ser sostenible en el tiempo».
Crecer en clientes, «sobre todo en calidad»
Ana Botín exige al grupo «seguir creciendo en clientes, pero no solo en cantidad sino sobre todo en calidad», recordando que de los 160 millones que tiene, solamente 27 millones son vinculados y 51 millones, digitales». «Y crear más valor en Europa, porque no puede ser que prestemos dinero en Europa y ganemos dinero en las Américas”.
Descarta la compra de Orange Bank o de otras entidades porque «todavía tenemos mucho recorrido en crecimiento orgánico». Y subraya que «lo más importante en Europa es financiar la transición ecológica, y para ello la regulación no puede suponer un sobrecoste».
Tras cumplir los objetivos fijados para 2022 y en el Plan Estratégico 19.22 «pese al Covid, la invasión de Ucrania y la inflación», y aunque remite al Investor Day del 28 de febrero en Londres, la presidenta del Santander insiste en «impulsar el crecimiento rentable» en 2023, con un crecimiento a doble dígito de los ingresos, una ratio de eficiencia inferior al 45% de los costes, un coste del riesgo por debajo del 1,2%, una ratio de capital por encima del 12%, y una rentabilidad superior al 15%. Se elevará el pay-out «cuando sea posible».
Héctor Grisi se marca como principales ‘deberes’ como consejero delegado que el Santander «sea el mejor banco en todos los mercados en los que opera, pero con el foco en cómo lo hace». Y que las plataformas globales (Banca de Inversión, Digital Consumere, PagoNxt, Banca Privada, Gestión de Activos y Seguros, entre otras) «den más valor a las unidades locales del grupo». «Tenemos que hacer mejor lo que ya hacemos bien, con eficiencia, haciendo mucho más con menos
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