Estamos asistiendo, uno a uno, a los resultados de las grandes empresas tanto nacionales como internacionales. Y a la vista de tantas cifras se puede decir que el ejercicio pasado a unos sectores les fue muy, pero que muy bien, y a otros bastante mal.

La banca española, y en líneas generales los grandes bancos del mundo, hicieron una gran caja en 2022. Solo las grandes cinco entidades españolas recaudaron unos beneficios de 28.550 millones de euros, algunos como el BBVA o Santander registraron récord histórico. Vamos, que no les ha ido nada mal, si se tiene en cuenta, además, que la tasa de morosidad sigue contenida en el 3,68% de media, pese a que el Euríbor no ha hecho más que subir, y no parece que su escalada vaya a terminar a corto plazo (ahora está en el 3,337%). Todo es arena.

La cal estaría destinada a los clientes de los bancos, y a medias, ya que por primera vez en muchos años, las entidades están empezando, aunque sea a cuenta gotas y a pocos, a ofrecer rendimiento por los depósitos a sus clientes. Pero, en contra, y a la espera de lo que pase sobre un posible tipo fijo de tipo a las hipotecas, o no, todos los hipotecados están viendo subir su cuota por la subida de los tipos de interés. Y más cal para empresas y particulares que ven endurecidas las condiciones para acceder al crédito.

Tal vez la cal también les llegue a los bancos este año cuando tengan que pagar el impuesto temporal aprobado por el Gobierno para que repartan sus beneficios históricos. Algunos ya han empezado a explicar, junto a sus beneficios récord los que les costará.

Otros sectores que han registrado cal en sus resultados han sido todas las empresas tecnológicas y también las logísticas, sobre todo las estadounidenses: Google, Apple, Microsoft, Meta… También la cada vez más poderosa Amazon, que se frotó las manos en los años más cruentos de la pandemia ha dado pérdidas de cerca de 2.500 millones de euros.

Pero si estas empresas han registrado cal, todavía más cal han recibido sus trabajadores con anuncios de ajustes de plantilla casi más desmesurados que las propias pérdidas.

Como podemos ver, la cal siempre va para los mismos, clientes y trabajadores. Y para 2023 se prevé más cal que arena.