Las casas de comidas tradicionales, con guisos de toda la vida y excelente materia prima, están en alza. Lo cual es una buena noticia para los fanáticos del buen comer. El restaurante Remedios, inaugurado hace pocos meses en el barrio de Salamanca (calle Hermosilla, 7), cuida el producto y presta mucha atención a las elaboraciones que pasan horas en el fuego. Al frente, Iñaki Galipienzo, artífice de otras casas tan exitosas como La Tasca Suprema y Queiles que, desde su apertura hace diez años, se ha convertido en un clásico de los desayunos, aperitivos y meriendas capitalinas. Al frente de los fogones se encuentra la chef Mariana Vieira, que ha pasado por la alta cocina tanto en el Club Allard con el chef José Carlos Fuentes, como en Coque con Mario Sandoval.

Remedios, con un ambiente acogedor, de hogar, basa su propuesta gastronómica en los sabores de siempre, en una cocina auténtica con raíces, aunque aporta algunos toques más actuales. El producto de temporada y de máxima calidad domina la carta del establecimiento, que cuenta con dos ambientes claramente diferenciados: la planta baja la protagonizan la barra y las mesas altas, con aires castizos; y en la planta superior se desarrolla la propuesta más gastronómica, un espacio muy luminoso debido a los grandes ventanales que dan a la calle y agrupado en pequeños salones con encanto, lo cual otorga una grata sensación de intimidad.

Pero, ¿qué hay pedir en Remedios? En su barra se puede tomar el aperitivo a base de clásicos como las bravas, gildas, ensaladilla, brioche de calamar, o una tortilla de estilo Betanzos. Pero lo mejor es dejar hueco para disfrutar en la mesa, en la que destaca una carta tradicional que va cambiando según temporada. Ahora mismo, su cocina está protagonizada por guisos contundentes para combatir el frío; entre las especialidades de la casa recomendamos pedir obligatoriamente tres: los callos con huevos de caserío, la imprescindible cazuela de judiones con bogavante -riquísima- o las fabes con berberechos. Además, no fallan las sabrosas croquetas de pote gallego, el croissant de steak tartar de vaca madurada o un arroz con robo de toro deshuesado con setas, muy demandado por los comensales.

También hay espacio para las sugerencias según el mercado, como las setas silvestres a la brasa con puré de patata y huevo frito, los puerros a la brasa con bearnesa de Idiazábal o el jarrete de ternera a la cuchara, tierno y jugoso.

En el apartado de los postres, se ofrecen grandes clásicos como las tartas de queso elaborada con La Peral e Idiazábal o la de chocolate Elgorriaga; pero destaca su estupenda torrija que llega acompañada de un helado de vainilla. La bodega de Remedios va en sintonía con su carta, con una propuesta variada que incluye referencias nacionales y extranjeras, así como vinos procedentes de prestigiosas bodegas y de otras menos conocidas. Los amantes de los cócteles clásicos pueden degustar, entre otros, el daiquiri, el Bloody Mary, el Cosmopolitan o el San Francisco.

Destacable el servicio de sala, atento y servicial. El precio medio por comensal oscila entre los 35 euros en la barra y a partir de 50 euros en la zona de restaurante.