EthiFinance Ratings ha publicado la revisión del rating del Reino de España correspondiente al mes de febrero. La agencia europea de calificación crediticia mantiene la calificación no solicitada del Reino de España en A- con mejora de tendencia desde ‘en Observación’ a ‘Estable’.
Este cambio tiene como base el mayor crecimiento de la economía española durante el pasado ejercicio de 2022 (del 5,5% frente al 4,3% esperado), evitando la recesión durante el último trimestre, así como la desaceleración de las tensiones inflacionistas y una coyuntura de los mercados energéticos más favorable de lo esperado. No obstante, ambos factores están muy ligados a la situación geopolítica, lo que supone un factor de incertidumbre que podría poner en riesgo las actuales previsiones.
En línea con lo anterior, el informe advierte de que el impacto de los elevados precios que se produjo durante el pasado ejercicio, así como la subida de los tipos de interés ya están empezando a trasladarse tanto al consumo de los hogares como a la inversión lo que representa una de las principales limitaciones al crecimiento económico del país para este ejercicio.
A este respecto, la agencia europea de calificación crediticia prevé que el PIB de España cierre 2023 en el 1,1%, ocho décimas menos que en la revisión del mes de septiembre. No será hasta 2024 cuando se vuelva a alcanzar la barrera del 2%. “Si bien señalamos que la incertidumbre de este escenario es alta y muy ligada la situación geopolítica actual, con significativos riesgos a la baja. Así, pese a la normalización en los mercados energéticos que comienza a incidir a la baja sobre los precios, la inflación se mantiene elevada. Además, preocupa la persistencia de la inflación subyacente, manteniendo una tendencia alcista, lo que confirma ciertos efectos de transmisión del aumento de los precios de algunas materias primas durante 2021 y 2022”.
En este sentido, las previsiones de inflación que maneja EthiFinace Ratings apuntan a un aumento de los precios (IPC general) del 4,3% a finales de este año, frente al 8,4% de 2022. Y advierten de que “la subida de precios está afectando a todos los países de la Unión Europea (UE) de forma similar, por lo que estimamos que pesará sobre la demanda interna y externa, así como sobre la producción”.
A lo anterior, se añade la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de mantener la actual política monetaria, lo que implicará nuevas subidas de tipos de interés como herramienta para contener la escalada de los precios “lo que representa otro de los factores limitantes al crecimiento”.
La calificación valora la evolución “positiva” del empleo, favorecido por la Reforma Laboral aprobada el pasado mes de marzo que ha impulsado la contratación indefinida, reduciendo a su vez la temporalidad y mejorando las cifras de afiliación. Así, se prevé que el ejercicio de 2023 culmine con una tasa de paro en el entorno del 13%. No obstante, “continúa siendo muy elevada en comparación con otras grandes economías de la Eurozona”. Este hecho se atribuye a la persistencia de los problemas estructurales que presenta el mercado laboral en España.
A lo anterior, tal y como se viene observando en anteriores informes se añade la notable tasa de dependencia, que junto con el bajo crecimiento de la población representan “una de las principales limitaciones de nuestra calificación, además de suponer un riesgo futuro para la sostenibilidad de las finanzas públicas”. Hecho, este último, que “se ha acentuado tras la última reforma del sistema de pensiones, en la que éstas se indexaron al IPC”.
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