‘Teresita, una vida de mierda’, comedia musical que arrasó en Buenos Aires (Argentina) y que en el Teatro Luchana de Madrid está viviendo un éxito similar, es la historia de una mujer que sufre demasiado. Harta de que le rompan el corazón, ataca su cuarto de baño dispuesta a acabar con todo. Encuentra una botella de Pato WC y se la bebe. El tremendo colocón le lleva a un viaje gástrico-místico con dos simpáticos ñordos quela ayudarán a mirar la vida con otros ojos.

La comedia, dirigida por Damián Giménez, con música original de Matías Ibarra y coreografía de Paula Vázquez, y producción de Autobombo, llena el teatro de carcajadas, pegadizas canciones.

El espectador disfruta de una gamberrada musical, catártica y liberadora, original, hasta el punto de que se hacen cortos los 60 minutos que dura. Y aprende, con Teresita, una lección muy higiénica: del pasado es mejor reírse y dejarlo ir por la taza del WC.

Sobre el escenario, Ana Serzo, una magnífica y camaleónica Teresita, Néstor Gutierrez (que supera al Aconcagua de la serie de TV Aída), y el joven cómico y bailarín Eric Ruiz de Loizaga, que hacen de mordaces excrementos.