Cuando hace unos meses Santiago Abascal anunció que su formación presentaría una moción de censura a muchos les pareció una ocurrencia en un año electoral. Entonces la primera lectura era una pugna entre los partidos de derecha para ver quien arrancaba más votos a su rival. Pero ahora la situación ha cambiado y el mapa político tiene nuevos frentes abiertos que desvirtúan la intención inicial de VOX a los pocos meses del estreno de este año electoral.

Esta iniciativa parlamentaria es un arma de doble filo: puede encumbrar a un partido (caso de Felipe González o de Pedro Sánchez) pero también puede cavar tumbas Antonio Hernández Mancha o Pablo Casado).

Por un lado el debate que se ha de celebrar cuando la presidenta del Congreso lo decida pondrá sobre la mesa el programa político de VOX, y está por ver que el resultado no asuste a unos votantes que les puede gustar sus planteamientos ultraderechistas y machistas quizás asuste a sus posibles votantes. Es cierto que para defender la moción se han puesto un paracaídas resucitando a Ramón Tamames y dándole libertad para hacer su programa, con lo que si les sale mal siempre podrán decir que lo que diga el ex comunista no es la propuesta de VOX, pero…

El debate seguramente irá por otros derroteros. Habrá un gran ausente que será Alberto Núñez Feijóo, que no es diputado y tendrá que contentarse con que sea Cuca Gamarra quien salte al ruedo. No será extraño que los partidos que apoyan al actual gobierno se le echen a la yugular por los espinosos casos de la utilización que hizo el gobierno de Mariano Rajoy y la policía patriótica en casos como el de Kitchen, las escuchas telefónicas o los papeles que estos días publica profusamente la prensa catalana sobre la llamada operación Catalunya que salpica no sólo a los servicios secretos si no también a altos cargos del Gobierno, empezando por el entonces presidente, algunos jueces y determinados medios de comunicación. Eran lo que los periodistas llamamos las cloacas del Estado.

“Y tú más” posiblemente sea la defensa de Gamarra tratando de sacar todo el partido posible del caso mediador que no sólo afecta al ex diputado Juan Bernardo Fuentes en un debate que parece estar en inferioridad de condiciones. Este debate coge a contrapié a los populares que temen que con todas las encuestas favorables se les pueden esfumar con la iniciativa de sus rivales de la derecha.

Para los socialistas la moción les viene de perlas para movilizar a su electorado, siempre y cuando sus socios de gobierno no les amarguen la fiesta. Además han de ser cuidadosos por que la posibilidad de mantenerse en el poder pasa por que sus socios también aporten los votos necesarios para configurar una nueva mayoría, o sea que no pueden entra a matar ni con los podemitas ni con los nacionalistas catalanes y vascos, al contrario han de potenciar que su coaligado en La Moncloa se aclare y no dilapide su espacio electoral.

A VOX le puede salir el tiro por la culata y es que las mociones de censura, con frecuencia, las carga el diablo.