El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, considera que la única salida que hay para salir de esta crisis es «refundar Europa». Con ello se podrá restaurar su credibilidad y confianza, se mostró convencido el presidente galo en la localidad de Toulon, el mismo lugar donde en septiembre de 2008 criticó al capitalistmo y sus diferentes derivas. El próximo lunes -confirmó Sarkozy- anunciará junta con la canciller alemana, Angela Merkel, las propuestas que servirán para garantizar el «futuro de Europa», que serán las que deberán consensuarse en la Cumbre Europea del jueves y viernes próximos.

Unas propuestas sobre las que harán «todo lo posible» para que Francia y Alemania se pongan de acuerdo y muestren el «polo de unidad» que en estos momentos necesita Europa para reforzarse. Para lograr esta unidad, el presidente francés ha reconocido que su país está trabajando con Alemania para crear un nuevo tratado de la Unión Europea, que supondrá su «refundación» con el objetivo prioritario de crear un «verdadero gobierno económico».

Ése debe ser el futuro de la zona euro, con un núcleo duro (Alemania y Francia) que señale el camino, para lo que deberán reformarse todos los tratados. Si en 2008, Sarkozy se comprometió a «refundar el capitalismo loco», fijando como prioridad la politica frente a la desregulación financiera, tres años más tarde apuesta por la «refundación de Europa», dado que su propio país atraviesa uno de los peores momentos de su historia económica y los franceses viven peor que hace tres años, pese a que en otros países como «España, Italia, Grcia, Portugal o Irlanda» aún están peor porque se han tenido que bajar salarios y subir impuestos.

Además, durante su discurso a la Nación, apostó por «trabajar más antes que tener que bajar las pensiones» y descartó como vía de salvamento «cerrar» su economía, porque «las sociedades cerradas están condenadas al declive». Por este motivo, explicó que «Europa no significa perder soberanía», sino al contrario «tener mayor capacidad de actuación», dado que según subrayó «ganamos soberanía con nuestros aliados». En definitiva, que Francia converja con el resto de los países de la eurzona no significará «renunciar a la identidad».

Y no se renuncia a la soberanía -continuó explicando el presidente francés- porque las decesionse se adoptan por «mayoría calificada«, con lo que Europa no puede convertirse en «rehén» de un partido o una coalición. Lo que sí dejó claro es que «si el euro desaparece no quedará nada de Europa» y, por tanto, «defender al euro es defender a Europa». De esta forma, el presidente francés intentaba convencer a sus ciudadanos, los mismos que en 2006 rechazaron la Constitución europea por entender que Francia cedería demasiada soberanía, que someter los presupuestos generales del Estado francés (al igual que el resto de los países del euro) cada año al control del Tribunal de Justicia europeo, como será la propuesta conjunat con Alemania, no será ceder soberanía.