«La compra in extremis de Credit Suisse por parte de UBS ha sido, en palabras de la ministra de Finanzas suiza, Karin Keller Sutter, una solución comercial entre bancos, no un rescate bancario. Probablemente, la mejor solución para tratar de reinstaurar la confianza en el sistema bancario suizo y por ende en el sistema financiero mundial, como ya anticipábamos desde BrightGate Capital la semana pasada. Una quiebra del banco suizo hubiera supuesto un riesgo de contagio muy superior al de Lehman en la anterior crisis financiera, no solo para la banca suiza (incluida UBS) sino para el sistema financiero mundial», señala un análisis de la firma.
«Pero no podemos negar que, un acuerdo comercial apoyado por una línea de crédito del Swiss National Bank (SNB) de hasta 100.000 millones de francos suizos sumado a 9.000 millones de reservas para absorber posibles futuras pérdidas derivadas de la fusión es a todas luces un rescate bancario encubierto. Lo que nadie suponía es que la estructuración de dicho acuerdo fuese a cambiar el esquema y los cimientos de la financiación futura de la industria bancaria», añade.
Hasta ahora y a raíz de los acuerdos de regulación bancaria tomados en Basilea en el 2008 en el que participaron las economías de G-20 y plazas financieras con Hong Kong y Singapur, se trazaron los mecanismos y limites que la industria financiera tendría que implementar en materia de regulación para evitar un futuro colapso como el vivido con posterioridad a la crisis financiera global del 2008. El mercado y los distintos instrumentos financieros forman su precio y cotizan a un precio u otro en base al riesgo del instrumento financiero y su prelación en la escala de insolvencia. El esquema básico era el siguiente:
En esta situación de incertidumbre regulatoria el mercado tratará en los próximos días de ajustar las valoraciones de los distintos instrumentos de deuda para que reflejen el verdadero valor de los riesgos en el que se incurre y prevemos volatilidad por delante hasta que se despejen dichos riesgos regulatorios. En este contradictorio escenario los AT1’s de Credit Suisse cotizan a valores cercanos a cero y es probable que sus tenedores no les quede mas remedio que tratar de recuperar parte de su inversión en los tribunales.
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