A principios de los años setenta se editó un álbum doble titulado “Llena tu cabeza de Rock”. Era una especie de cornucopia de la felicidad musical de por aquel entonces con canciones de Byrds, Chicago, Santana, Janis Joplin, Al Kooper, Flock, Black Widow, Spirit y quince intérpretes más de alto nivel. Utilizamos ese título para encabezar nuestra crónica y recordar dos bandas que pueden suministrarnos muy buen material para que lo consigamos.

Se trata de Cracker y de su banda seminal Camper Van Beethoven, ambas dirigidas y lideradas por un genio del pop, la psicodelia, el rock, el rhytman blues, el garage tex mex, el country alternativo, el punk y las letras irónicas llamado David Lowery. Siempre acompañado por sus fieles escuderos, Victor Krummenacher, bajista, en la etapa Van Beethoven y Johnny Hickman, guitarra en Cracker.

Llévate a los Skinheads a la bolera

Con Camper Van Beethoven hizo también vibrante reggae, (“One of This Days”) y brillante ska (“ Take the Skinheads Bowling”, usada por Michael Moore para un documental). Es muy recomendable la caja “Cigarettes & Carrot Juice” con sus cinco primeros, más divertidos y menos convencionales, álbumes. Y también es digno de tenerse en cuenta su gran álbum “Our Beloved Revolutionary Sweetheart” y el doble disco “Tusk “dedicado a versionar con mucha clase el álbum de Fleetwood Mac con igual título.

Tras dejar un tiempo en barbecho a los Camper, -luego los recuperaría-, Lowery formó Cracker, un grupo en línea con los anteriores pero con algo más de sensatez y con sonidos y canciones tendentes a estructuras más tradicionales y una cierta  comercialidad. Sus primeros álbumes son un portento de ritmo, gusto y excelente instrumentación. Así, en el primero, de título homónimo, aparecen maravillas tan llenas de gancho y fuerza como “Teen Angst (What The World Needs What)”o “Happy Birthday To Me”.

Blues estratósferico

Y hay medios tiempos tan señeros como “Can I Take My Gun To Heaven?”y “Someday”. E ilustres acompañantes como por ejemplo Benmont Tench, el teclista de los Heartbreakers de Tom Petty y Jim Keltner a la percusión. En su segundo, “Kerosene Hat”, ofrecen canciones aceleradas como “Movie Star”, con comienzo recordatorio al “Revolution” de Beatles y vertiginoso cambio a punk demoledor. Y “Kerosene Hat” un blues estratosférico con aires Lou Reed, que explica que el álbum se haya titulado igual que este pedazo de canción.

Las hay muy buenas también en el disco en solitario de Lowery, titulado “The Palace Guards”. Pasó sin pena ni gloria, a pesar de los guiños magistrales a Dylan en “Raise ´em up on Honey”; a Kinks, en “The Palace Guards” y a Ian Hunter en la excepcional balada “Deep Oblivion” en la que Lowery sabía y señalaba que este gran disco caería en un injusto y profundo olvido. David Lowery es otro más de esos genios poco reconocidos.

Sellos: Cooking Vinil, Virgin, 429 Records. Precios: entre 10 y 20 euros. Discografía: Junto a los citados, “La Costa perdida”, “New Roman Times”, “Popular Songs” (Camper Van Beethoven). “The Golden Age”, “Hello Cleveland”, “Garage D´Or”, “Forever” (Cracker). Influidos por: Steve Harley, Jorma Kaukonen, Yo La Tengo. Influyen en: Sparklehorse, Smile, Counting Crows.