En la actualidad, conseguir financiación para emprender se ha vuelto un proceso difícil,
especialmente por la incertidumbre en el panorama económico. Los inversores están
apostando por startups que tienen garantías de éxito o que están destacando en su día a día.

Por lo tanto, es importante que las startups maximicen sus fuentes de financiación alternativa para asegurar su éxito.

Dentro de las múltiples opciones de financiación que existen, el Tax Lease, también conocido como Tax Equity o mecenazgo tecnológico, destaca por encima de los demás. Esta alternativa combina inversiones privadas con deducciones fiscales por I+D+i. De esta manera, las startups pueden obtener financiación para sus proyectos de I+D+i y ofrecer una rentabilidad atractiva a las empresas que las financian.

¿Cómo funciona? A través de las deducciones fiscales, se cede el derecho a aplicarlas a un tercero, que en este caso es una Agrupación de Interés Económico (AIE). Esta estructura fiscal entra en contacto con la startup y compra los derechos de deducción de su proyecto de I+D+i a través de la inversión. De esta manera, las startups obtienen financiación y las empresas que las financian pueden obtener beneficios fiscales.

Los inversores pueden participar en la AIE aportando capital y otorgando a la startup una opción de compra sobre las participaciones en la AIE. A su vez, la startup otorga a la AIE la opción de venta en relación con los resultados de la actividad de I+D. De esta manera, la startup desarrolla el proyecto de I+D por encargo de la AIE y le factura por los servicios prestados. La AIE es la titular del proyecto y puede aplicar los créditos fiscales correspondientes y abonar a la startup la cantidad acordada, financiando así la parte correspondiente del proyecto.

Este proceso, que permite a las startups financiar sus proyectos de forma más asequible, está establecido en la Ley del Impuesto de Sociedades y beneficia a todas las partes implicadas:

● La AIE “compra” el proyecto a valor de mercado, lo que reduce el pago del Impuesto
de Sociedades, al haber adquirido el derecho de aplicación de la deducción por las
actividades de I+D+i de la startup que desarrolla los proyectos innovadores.
● La startup renuncia al derecho a aplicarse la deducción, pero es compensada con una deducción más cuantiosa y rápida que la que obtendría con la monetización de las
deducciones y que le permite recuperar entre un 25% y un 40% de lo que ha invertido
en un ejercicio.

Durante el proceso de Tax Lease hay algunos aspectos importantes que deben tenerse en cuenta:

● La AIE será la titular de los derechos de propiedad intelectual del proyecto, pero no
podrá hacer uso de los resultados del mismo ni gravar ni ceder a terceros sin el
consentimiento de la startup.
● Durante todo el proceso, la startup tendrá el título necesario para poder desarrollar el
proyecto o incluso licenciarlo en el mercado si se diera el caso.

● Al final de la operación, la startup recuperará los derechos de propiedad intelectual
que adquirió al principio de la misma a la AIE.

Como se ha podido ver, el Tax Lease presenta numerosas ventajas respecto a las deducciones fiscales, tales como un proceso de monetización más rápido y con mayor cantidad de subvención y dinero líquido disponible en un plazo de 6 meses. Además, no hay penalización por la monetización y es compatible con las prestaciones de la Seguridad Social para el personal investigador, incluso sin la etiqueta de PYME innovadora. Este mecanismo no conlleva ninguna tarifa para ninguna de las partes implicadas, lo que significa que las subvenciones son netas.

Cabe destacar que se trata de un instrumento financiero complejo, que puede requerir la ayuda de expertos en finanzas para evaluar si es adecuado aplicar el Tax Lease en el caso concreto de una startup, definir el presupuesto y los objetivos técnicos y elaborar todos los documentos necesarios para garantizar el éxito de la operación.

Román Castañeda, Consulting & Financing Director de The Startup CFO