Merkel y Sarkozy, dispuestos a refundar Europa

02/12/2011

Maite Vázquez del Río. Este lunes se reúnen los estadistas de las dos economías más fuertes de la eurozona y a partir del viernes, 9 de diciembre, se tendrán que aprobar las medidas definitivas para la gobernanza del euro.

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, tienen previsto este lunes para acordar cómo podría ser lo que el jefe de Estado galo ha definido como la «refundación de Europa», y sentar las bases del acuerdo que deberá ser aceptado por los quince países restantes del euro en la Cumbre europera que se celebrará el viernes y sábado de esta misma semana. De lo que salga de esta cumbre depende el futuro del euro.

Alemania y Francia deberán sentar las bases de la «gobernanza» real de la eurozona, otorgando mayor poder político a las instituciones europeas, dado que se trata de reforzar -con la reforma de los Tratados de la Unión incluidos- los fundamentos de la unión económica y monetaria, y conseguir la unión fiscal que, a la postre, no es otra cosa que cada Estado ceda parte de su soberanía a la hora de elaborar sus cuentas públicas con el fin de garantizar que cada Estado miembro se ajusta a la disciplina presupuestaria. Merkel, no obstante, aseguró ante el Bundestag el pasado viernes, que la «unión fiscal ya está en marcha».

Sarkozy y Merkel deberán hilar fino cómo se deberán reformar los Tratados de la Unión para que no se produzca una fractura entre los países que ya están en el euro y aquellos que aspiran a incorporarse a la moneda única. En sendas intervenciones, por separado, de los dos estadistas, ya dejaron claro a finales de la semana pasada que la crisis va a ser larga y dura, e incluso entonaron el «mea culpa» por el fracaso político que han supuesto estos tres últimos años por no saber cómo gestionar la crisis, e incluso de no haber sido capaces de prevenirla. Merkel solo salvó de este fracaso al BCE, los bancos centrales y a los tribunales, de los que dijo que son los únicos que áun mantienen su «credibilidad».

En sus respectivos discursos ya apuntaron algunas de las líneas generales sobre las que este lunes buscarán el acuerdo. Merkel habló abiertamente de «unión presupuestaria», Sarkozy hasta adelantó que las cuentas públicas de cada país del euro será «controladas» por el Tribunal de Justicia europeo. Los dos coinciden en que se deben«reforzar las instituciones europeas», sobre todo por lo que se refiere a la Comisión Europea y del Tribunal de Justicia, que serán las encargadas de jugar un papel relevante en el futuro que le espera a Europa, dado que serán los encargados de mejorar los controles y orientar los presupuestas nacionales y hasta fijar sanciones para los que incumplas los objetivos marcados.

Otra cuestión será cómo solucionar los elevados niveles de deuda que tiene en estos comentos cada país de la eurozona. Merkel se sigue negando en redondo a la emisión de eurobonos, de la que hasta Sarkozy ya se ha manifestado a favor. «Los eurobonos no pueden introducirse ahora como medida de rescate», llegó a decir Merkel, para agregar a continuación que quién los pida es que «no ha entendido esta crisis». Y esa será su postura definitiva en la Cumbre europea que comenzará el 9 de diciembre, ya que según explicó «ni tenemos la intención, están bien lejos y no son posibles, según nuestra Constitución».

En estos momentos para Merkel es mucho más difícil recuperar la confianza de los mercados que cada país reduzca su déficit, tarea esta última en la que todos han puesto su máximo empeño ya que está asumido que el déficit público no debe superar el 3% del PIB y la deuda pública no debe sobrepasar el 60% del PIB. Además, según defendió la canciller, esos dígitos serán «criterios vinculantes» y el país que se pase será sancionado de forma automática.

También ambos han coincidido en su defensa del euro. Merkel llegó a afirmar que la «unidad europea y la alemana son las dos caras de la misma moneda», mientra que Sarkozy aseguró que Europa sin el euro «no es nada». El estadista francés apostó también por «refundar Europa» para salir de la crisis, única vía para restaurar su credibilidad y confianza.

Las propuestas que cierren este lunes Sarkozy y Merkel servirán, por tanto, para «garantizar el futuro de Europa» partiendo del «polo de unidad» que supone el buen entendiento entre Alemania y Francia, y que se debe extender al resto de los países miembro del euro a vin de crear un nuevo Tratado de la Unión Europea en el que se establezca un «verdadero gobierno económico», como lo calificó Sarkozy.

Ése debe ser el futuro de la zona euro, con un núcleo duro (Alemania y Francia) que señale el camino, para lo que deberán reformarse todos los tratados. La apuesta por la «refundación de Europa» de Sarkozy pasa por rechazar cualquier intento de cerrar las economías europeas, sino todo lo contrario, porque «Europa no significa perder soberanía», sino al contrario «tener mayor capacidad de actuación», dado que según subrayó Sarkozy «ganamos soberanía con nuestros aliados».

Y no se renuncia a la soberanía -continuó explicando el presidente francés- porque las decesiones se adoptan por «mayoría calificada«, con lo que Europa no puede convertirse en «rehén» de un partido o una coalición. Lo que sí dejó claro es que «si el euro desaparece no quedará nada de Europa» y, por tanto, «defender al euro es defender a Europa». De esta forma, el presidente francés intentaba convencer a sus ciudadanos, los mismos que en 2006 rechazaron la Constitución europea por entender que Francia cedería demasiada soberanía, que someter los presupuestos generales del Estado francés (al igual que el resto de los países del euro) cada año al control del Tribunal de Justicia europeo, como será la propuesta conjunat con Alemania, no será ceder soberanía.

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