Después de triunfar en Marbella y en Málaga -para muchos entendidos, se trata los mejores restaurantes japoneses de la Costa del Sol-, Álvaro Arbeloa ha dado el salto a Madrid y en la capital se puede disfrutar ahora de su fabulosa cocina en pleno barrio de Salamanca, concretamente en la calle Claudio Coello, 114.

Un restaurante de decoración minimalista dividido en dos plantas en el que, por supuesto, no falta la barra frente a una cocina abierta para seguir el trabajo de los sushiman. Nos encontramos, sin duda, ante un nuevo punto de encuentro para los apasionados de la gastronomía japonesa porque Ta-Kumi se posiciona por derecho propio como uno de los mejores japones de la ciudad, tanto por la ejecución de las elaboraciones como por la calidad de la materia prima.

Si algo hay que destacar por encima del resto son los nigiri, sobresalientes todos ellos, con especial mención al que elaboran con wagyu y huevo -impresionante la combinación de sabores en la boca-, el de viera con salsa de anguila o el de pez mantequilla con boletus y trufa. El arroz de los nigiri se trata con el punto perfecto, equilibrado, y el tamaño de las piezas sigue al milímetro los cánones japoneses tradicionales, por lo que resulta ideal para comer de un bocado, apreciando todos sus matices, y darse un festival de este delicioso bocado japonés que aquí alcanza su máxima expresión. Otro de las técnicas que dominan a la perfección son las tempuras, crujientes y ligeras. Cualquiera de las que pruebes son un acierto -imprescindibles la de langostinos con salsa kimuchi.

La carta es extensa y no faltan las ostras que llegan a la mesa en distintas elaboraciones; los rolls, urumakis, gyozas; la selección de sashimi -no hay que dejar de probar el de carabinero con su cabeza asada, así como el de quisquilla y caviar-; los tatakis; unas cuantas opciones de los siempre apetecibles yakisoba, y los teppanyaki de carne y pescado que están buenísimos; resulta absolutamente recomendable el de solomillo porque se deshace en la boca.

 

Entre semana, de martes a viernes, también ofrecen la posibilidad de dos menús al mediodía muy interesantes. El primero, incluye como entrantes los langostinos en tempura, el tartar de salmón, una selección de cuatro piezas de nigiri, y uramaki de espárrago y langostino; y como principal se puede elegir entre ramen o yakisoba, finalizando con su postre estrella, el yuzu moon (elaborado con chocolate blanco, yuzu y hoja de shiso). Hablando de ramen, el de Ta-Kumi es de los mejores que vas a probar en la capital y lo puedes degustar cualquier día que te apetezca previo encargo. La segunda opción de menú ejecutivo incluye también en los entrantes edamame y sashimi Moriawase; en el plato principal se puede elegir entre el teppanyaki de salmón o de solomillo.

Dos últimos apuntes de interés: los precios son comedidos para la alta calidad de lo que ofrecen -teniendo siempre en cuenta que nos encontramos ante un grandísimo restaurante japonés, con lo que eso implica para el bolsillo- y el equipo de sala es absolutamente atento con los comensales y muy profesional. Un lujo.