Cerca de 100.000 personas dejaron de trabajar en el campo español en el último año. Se trata de casi un 10% del total de su fuerza de trabajo. La sequía y las malas condiciones de trabajo, según los sindicatos, empujan el éxodo. Y ello a pesar de un proceso de estabilización sin precedentes, que ha reducido en 11 puntos la tasa de temporales, hasta situarla por debajo del 40%.

Los braceros huyen del campo español. En el último año, las explotaciones agrarias han perdido casi un 10% de su fuerza de trabajo; unas 97.300 personas menos, según las cifras de la última encuesta de población activa (EPA), correspondientes al primer trimestre de 2023.

Se trata de una salida de población activa sin precedentes en los últimos años, que se cifra en la pérdida de 79.500 ocupados, que sumados a los 17.800 parados menos, arrojan el resultado de 97.300 personas menos dispuestas a trabajar en esta actividad.

“Son 97.300 trabajadores que descartaron el sector como empleador”, argumentan desde el sindicato Comisiones Obreras (CCOO), que culpa a la sequía y a las malas condiciones de trabajo de la fuga de trabajadores.

Y ello a pesar de que el sector vive, al igual que el resto del mercado laboral, un proceso de estabilización en el trabajo sin precedentes; con una caída de la temporalidad de once puntos, desde el anterior 50,8% hace un año, al último 39,7%; aunque muy lejos aún del 17,3% del conjunto del mercado de trabajo en España.

“La gente abandona el sector agrario en busca de otros mercados laborales con mejores condiciones”, argumentan desde CCOO. “La sequía afectó al trabajo por cuenta ajena”. Y “cada vez hay menos trabajo en el campo”, agregan, quienes piden “medidas urgentes” que reactiven el sector y lo hagan más atractivo, con mejores salarios, mejores convenios y mejor futuro.

Aun así, casi 750.000 personas trabajan en el sector agrario; que sumadas a los 137.000 parados arrojan un resultado de cerca de 900.000 personas, que integran la población activa agraria.

En cuanto al número de parados, en este sector la caída del paro en 17.800 personas en el último año, lejos de ser una buena noticia, hay que atribuirla más bien a la fuga de mano de obra de esta actividad.

En comparación con otros sectores, la agricultura emplea a algo más de la mitad que la construcción, que tiene 1,3 millones de ocupados (y 133.000 parados); y algo más de la cuarta parte de la industria, que ocupa a casi 2,8 millones de personas (y tiene 160.000 parados); aunque muy lejos del mayoritario sector servicios, que emplea a más de 15,5 millones de personas (y tiene 1,25 millones de parados).

Fraude en la contratación

El sindicato aboga por “atajar el fraude” que tiene lugar en la contratación temporal por parte de empresas que emplean a personas con contrato temporal cuando deberían hacerlo con contratos fijos discontinuos, al tratarse de actividades cíclicas, características del sector.

“El sector agrario español necesita un convenio estatal que recoja las demandas de las personas trabajadoras”, concluye el sindicato.

Para CEOE, sin embargo, la subida del salario mínimo hasta 1.080 euros en catorce pagas ha puesto en dificultades a un sector, especialmente en aquellos trabajos muy intensivos en mano de obra, donde los costes laborales suponen una parte importante de su coste total, según afirmó la patronal repetidamente con ocasión de las últimas subidas de este umbral mínimo de las rentas del trabajo.