Termino de leer «Manifiesto: sobre cómo no rendirse» en medio de los actos de coronación de Carlos III en Londres.  Es una obra de Bernardine Evaristo, con 296 páginas, editada por AdN y traducida por Julia Osuna Aguilar. Es «un libro de memorias y una meditación sobre mi vida», escrito por alguien que en 2019, ya con 60 años, gana el Booker con «Niña, mujer, otras», y se convierte en autora de éxito «de la noche a la mañana» pese a llevar más de 40 años trabajando profesionalmente en el mundo de la cultura.

Se trata de un libro sobre el racismo basado en el color de la piel, el denominado «colorista», escrito por una mujer que pretende «ser consciente y observar las múltiples manifestaciones del racismo sistémico» y que se compromete «en la lucha por erradicarlo», al tiempo que busca explorar «la diáspora africana». Incluso ahora solamente el 0,15% de los profesores de Universidad en el Reino Unido son mujeres con herencia africana

«La idea de raza es absurda», defiende Bernardine Evaristo, que aporta un singular dato sobre sus raíces: según un análisis de Ancestry DNA, tiene un 38$ de Nigeria, un 12% de Todo, un 25% de Inglaterra, un 14% de Escocia, un 7% de Irlanda, y un 4% de Noruega.

Nace en Ethan en 1959 de madre inglesa y padre nigeriano que se conocen en un baile de la Commonwealth en 1954. Entonces en el Parlamento británico apenas había 14 mujeres, frente a 630 hombres.

La autora de «Manifiesto» confiesa que «nunca he hecho terapia porque me gusta vivir con mis demonios» y que, en una vida en constante mudanza, «escribir se convirtió en mi domicilio fijo».

«Los escritores nos pasamos la vida aprendiendo a manipular la lengua para expresar justo lo que deseamos comunicar», explica. «Escribo porque tengo una urgencia por contar historias, incluso cuando no sé en qué se convertirán esas historias o que revelarán», insiste.

Es también una reflexión sobre el teatro, sobre «el proceso alquímico por el cual el ser que conoces y el ser en el que te conviertes por medio de la actuación se funden y se conectan emocionalmente».

Defiende «negarse a aceptar un no por respuesta», para dejar paso al Manifiesto Evaristo, que reclama «crear, compartir y consumir historias que reflejen nuestra cultura y nuestras comunidades». Y que avisa: «quienes van a lo seguro no hacen avanzar ni nuestra cultura ni nuestra civilización». Por tanto, «sed rebeldes, desobedientes y provocadores», «asumid riesgos en lugar de seguir rutas predecibles». Pero sobre todo proclama que «nadie llega a ninguna parte solo».

Su meta es «dejar un susurro de mí misma en el mundo».