La derecha añora a ETA. Esta afirmación se apoya en las intervenciones de la portavoz del PP, Concepción Gamarra, y de su colega de Cs, Inés Arrimadas, contra el presidente socialista Pedro Sánchez, por recibir el apoyo parlamentario de EH-Bildu, la formación política vasca que lleva en sus listas a las elecciones municipales a 44 personas condenadas por terrorismo. Todas ellas han cumplido sus penas y aceptado la democracia y la convivencia pacífica.

El uso del terrorismo político por parte de la derecha es una prueba más de que todo vale contra el dirigente del PSOE y presidente del Gobierno de coalición progresista con Podemos, el único posible hace casi cuatro años para no repetir las elecciones por tercera vez consecutiva. Pero vayamos por partes.

Preguntó Gamarra a Sánchez si “sabe resolver los problemas de los españoles” y respondió el presidente con la noticia del día: la firma del pacto salarial entre la patronal y los sindicatos, un acuerdo que garantizará la paz social los dos próximos años y que se deriva, dijo Sánchez, de la reforma laboral conseguida con mucho diálogo y esfuerzo”, en contraste con la imposición del anterior gobierno del PP para eliminar derechos sociales y sindicales a los trabajadores.

Le replicó Gamarra diciendo que “miente”, porque el Gobierno no tiene nada que ver con el acuerdo de los agentes sociales, enumeró conflictos de los funcionarios de varios departamentos de la Administración, invocó la inflación y los impuestos y culminó su agria intervención acusando a Sánchez de tener como “socio” a una formación que lleva en sus listas para las elecciones locales del 28 de mayo a 44 condenados por terrorismo.

La secundó Inés Arrimadas, presidenta de Ciudadanos, otrora socia del PP en Madrid, Murcia y Andalucía. Tras preguntar a Sánchez si considera que la labor de su gobierno beneficia a los españoles, le acusó de ser “un presidente a la inversa” que “beneficia a los sinvergüenzas, indulta a los golpistas (catalanes), excarcela a los violadores, premia a los ocupas y trata mejor a Bildu, que lleva en sus listas a 44 condenados por terrorismo, siete con delitos de sangre, que a mi fuerza política”.

omprendió Sánchez “la frustración” y la inquina, tanto de Gamarra como de Arrimadas, la política que calificó de “estafa piramidal” la reforma y el incremento de las pensiones “en detrimento y perjuicio de los jóvenes”. Frustración e inquina porque en España no se ha producido “el apocalipsis” anunciado por la derecha, dijo antes de pedirles que “dejen a un lado los insultos”. Después citó varios logros sociales (la reforma laboral, de las pensiones, el incremento del SMI o la disposición de 45.000 millones de fondos públicos contra la carestía y el impacto de la guerra de Putin contra Ucracia)C y señaló: “Todo ello nos ha permitido reducir las desigualdades sociales y crecer y crear empleo como antes de la crisis financiera”.

Luego ya, sobre las acusaciones de pactar con quienes abandonaron el terrorismo y optaron por la democracia, tuvo que recordar que “hace 12 años del final de violencia y cinco de la disolución” (de ETA). Podía haber recordado que fue gracias a la perseverancia de algunos dirigentes socialistas y del gobierno del entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero, cuando la banda terrorista puso fin a más de 40 años de atentados, secuestros y extorsiones, pero se limitó a afirmar que la derrota de los violentos fue obra del conjunto de la sociedad.

Aprovechó el portavoz del PNV, Aitor Esteban, el malestar del secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza, por el ascenso del teniente general Espejo en el escalafón de la Guardia Civil, por considerarlo implicado en la muerte del presunto etarra Mikel Zabalza. Y le respondió Pedro Sánchez manifestando su sentimiento de afecto a los familiares del fallecido el 26 de noviembre de 1985 y recordando que “no hay una resolución judicial concreta en la que se haya imputado al general Arturo Espejo”. Esteban lamentó la falta de una ley de secretos oficiales que permita conocer lo ocurrido en el Cuartel de Intxaurrondo y aseguró que el sumario judicial “se cerró en falso”.