El número uno y la número dos del PP, Feijóo y Gamarra, se plagian. Tal es su escasez intelectual que parece que el problema principal de los españoles son los otrora proetarras. Y por eso no se cansan de arremeter contra el secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con el argumento de que EH-Bildu es su “socio preferente” y lleva exetarras condenados (con las sentencias cumplidas) en sus listas a las elecciones locales y autonómicas del 28 de mayo. El martes se lo restregó (a Sánchez) el presidente del PP Alberto Núñez Feijóo en el Senado y el miércoles, 17 de mayo, se lo volvió a repetir la portavoz popular, Concepción Gamarra, Cuca para los amigos, con las mismas palabras. “Usted es cruel con el PP y complaciente con Bildu”, le dijo Gamarra. “¿Va a romper con Bildu o con la decencia?”, le preguntó. De paso soltó una coz a la portavoz de la formación vasca, Mertxe Aizpurua Arzallus, quien formulaba después una pregunta al jefe del Gobierno, recordando que fue condenada “por apología del terrorismo”. Aizpurua pasó de ella en su intervención para preguntar a Sánchez si va a mantener el “escudo social”. “En junio habrá más medidas”, respondió éste.

La insistencia de la derecha en devolver a ETA al presente –renunció al terrorismo hace doce años y se disolvió hace un lustro– y en situarla como eje central de su campaña electoral ha llevado a muchos observadores a preguntarse ¿qué tendrá que ver la ETA con la suciedad de las calles de Madrid o con el granito del cancerígeno gas radón hasta en la Puerta del Sol? ¿Que tendrá que ver EH-Bildu con los vecinos de Bollulos del Condado? Esa invocación farfulera del terrorismo con la pretendida intención de lanzar a las víctimas y a la mayoría de los ciudadanos contra Sánchez, obligó al propio Sánchez a responder: “No tienen más argumento que ETA” y a recordar: “Fue derrotada por los ciudadanos hace doce años, y aquello ocurrió con un presidente socialista (Zapatero), un lehendakari socialista (Patxi López) y un ministro del Interior socialista (Rubalcaba)”. Se ve que a la derecha política eso le fastidia, vino a decir el presidente Sánchez.

En efecto, no hay más que recordar las dos manifestaciones masivas convocadas por el PP en el barrio de Salamanca de Madrid y encabezadas por José María Aznar, Mariano Rajoy, Esperanza Aguirre y el entonces alcalde Álvarez del Manzano, entre otros notables, para conocer el rechazo visceral del PP a las negociaciones de paz respaldadas por el entonces presidente José Luis Rodríguez Zapatero. La consigna del PP era “ZP traidor” (Rajoy le acusó en el Parlamento de “traicionar a los muertos”) y el deseo de liquidar físicamente a Zapatero quedó plasmado en el grito “Con Zapatero como con su abuelo”. (El abuelo fue fusilado por sus colegas los militares traidores que se sublevaron contra la II República democrática).

Por suerte y por otras muchas cosas de larga enumeración se consiguió que ETA renunciase a las armas, los secuestros y las extorsiones. El reconocimiento y homenaje a las víctimas, junto con la preservación de su memoria, ha sido constante. Y los esfuerzos por restablecer la convivencia en el País Vasco han llevado a gran número de exterroristas a pedir perdón a los familiares de las víctimas. Para los etarras encarcelados no ha habido beneficios penitenciarios como para el resto de los criminales. Esa es parte de la realidad que el PP pretende soslayar para atraer votos con falacias contra Sánchez “cruel con el PP y complaciente con Bildu”, según dijo Gamarra parafraseando a su colega de Cs Arrimadas.

Para defenderse de las disparatadas acusaciones de la derecha, Sánchez también recordó que en los comicios locales de 2015 EH-Bildu llevaba candidatos que habían cumplido sus penas por terrorismo “y ustedes (el PP) gobernaban y no dijeron nada”. Luego, antes de responder a Aizpurua sobre el reforzamiento del “escudo social” contra la carestía y la pobreza, el Presidente valoró la decisión de los siete antiguos etarras con delitos de sangre de no tomar posesión de sus cargos si salen elegidos –lo que en las listas cerradas equivale a la retirada– y pidió a la portavoz de la formación vasca que pidan perdón con mayor contundencia.

Aunque se desconoce el impacto que tendrá el uso de aquel terrorismo de ETA en la atracción del voto al PP, de momento ha servido para que la presidenta madrileña Ayuso se haya desmarcado de la posición constitucional de su líder Feijóo en esta materia para alinearse con Vox en su apuesta por “ilegalizar a EH-Bildu”. Ya es sabido que muchas víctimas del terrorismo optaron por seguir los pasos de José Antonio Ortega Lara, el funcionario de prisiones liberado hace 26 años tras permanecer 532 días en un angosto zulo, húmedo e insalubre, del sótano de una nave en Mondragón. La organización terrorista vasca nació para combatir a la dictadura franquista, de la que ahora es mentora y heredera política la ultraderecha voxida, con una gran narcotraficante y blanqueadora en sus listas madrileñas y con los familiares del dictador en sus galas y banquetes. Así se escribe la historia. La del PP también, con mamás de narcos en Marbella y hermanos y primos entregados a las mordidas de dinero público en Madrid.