Las palabras son gratis, pero muchas le duelen a la democracia

19/05/2023

diarioabierto.es.

Ya no sé qué palabra utilizar para describir lo que está ocurriendo en esta campaña electoral a autonomías y ayuntamientos. ¿Perpleja? ¿Asqueada? ¿Incrédula? ¿Avergonzada? Desde luego, nada bueno. La protagonista de la campaña electoral 2023 tiene un solo nombre: Isabel Díaz Ayuso, porque su «programa electoral» transciende las fronteras de Madrid. Es como si todos los españoles no fuéramos a votar a nuestro presidente autonómico y a nuestro alcalde, sino al mismísimo presidente del Gobierno.

No se entiende la estrategia. O tal vez sí, si se trata de atraer el foco de todos los medios de comunicación y ciudadanos, pese a que no tengan que votar en Madrid. Y es que Ayuso se está saltando todas las normas, incluida la más mínima ética. Debe ser porque en campaña electoral, cree, todo vale y las palabras son gratis para conseguir votos, crecida como está con la mayoría absoluta que la vaticinan todas las encuestas. Hasta está prometiendo que cambiará siete leyes aprobadas en esta legislatura en el Congreso y cambiará los impuestos.

Se ha empecinado, y a ella la siguen todos los miembros del PP, en emprender una batalla contra ETA, EH-Bildu y Sanchez. Ellos son el enemigo. Sólo se habla de ETA y no de cómo gestionar la sanidad pública, que atraviesa sus peores momentos después de haber sido la envidia de los países más desarrollados con listas de espera insufribles y algunas morales; no cómo mejorar la educación, donde nuestros más jóvenes pierden puestos con los del resto de los países; no en cómo mejorar el transporte público, con retrasos y atascos permanentes; no en cómo mejorar el más que contaminado ambiente, con una boina sobre nuestro cielo que más parece ya un sombrero mexicano; no en cómo explicar la deuda contraída por la Comunidad de Madrid, aunque en algunos casos como el Zendal ya podemos encontrar algunos millones de euros despilfarrados.

Pero claro la nueva lideresa de los populares no nos va a hablar de la privatización encubierta de muchos de los servicios públicos madrileños, con sanidad y educación a la cabeza; del empobrecimiento de los madrileños porque sólo hay ayudas para los inversores extranjeros y defensa a ultranza de las grandes empresas y bancos que, según ella, están siendo atacadas por el sanchismo y sus socios, incluida ETA. Su excusa para esta defensa es que hay que evitar que se vayan. Si nos vamos los madrileños no importa.

Ahora, con la campaña electoral al rojo vivió, y como las palabras son gratis, resulta que ETA sigue viva, que hay que ilegalizar EH Bildu y derrocar a Sánchez; ahora resulta que la ley de la vivienda está construida sobre las cenizas del atentado de Hipercor… Evidentemente, valen más los votos que las víctimas. Vale más ganar una presidencia autonómica que seguir pacificando la democracia e intentar cerrar unas heridas que aún están recientes. Como dijo el presidente del PNV, Andoni Ortuza, «No es el momento de hablar de ETA, pregúntenme solo por los problemas de los vascos».

La polvareda que ha levantado Ayuso está haciendo mucho daño a la democracia y abriendo las heridas el mayor problema que tuvo desde que se restauró después de la dictadura. La memoria de los actualmente dirigentes del PP parece de pez, porque no hace mucho Aznar o Rajoy como presidentes acercaban presos, autorizaban legalizaciones de partidos con miembros de ETA y hasta dejaban, sin decir ni mú, que etarras con delitos de sangre con condena ya cumplida concurrieran a las elecciones. Pero eran otros tiempos. Las palabras tenían otro valor, ahora son gratis, aunque no estén vacías por el dolor que causan.

¿Te ha parecido interesante?

(+7 puntos, 7 votos)

Cargando...

Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.