Los líderes del G-7 promueven la adopción de un estándar técnico internacional sobre la adopción y la gobernanza de sistemas de inteligencia digital de acuerdo con unos valores democráticos conjuntos de transparencia, seguridad y protección contra los abusos.

«A medida que acelera el ritmo de la evolución tecnológica, tenemos que destacar la importancia de abordar estos desafíos para identificar posibles brechas en la adopción de esta tecnología», señala el G7 durante su comunicado del segundo día de reuniones en su cumbre de Hiroshima (Japón).

Los líderes internacionales declaran así la intención de sus respectivos países con las empresas especializadas para impulsar una «innovación responsable» orientada especialmente, en el ámbito de la protección, a la seguridad de los niños.

Asimismo, el G7 ha demostrado un interés particular en los sistemas de IA especializados en la generación de contenidos, ya sea en texto, audio o imágenes como por ejemplo en plataformas como ChatGPT o DALL-E, en enorme boga estos días y que han despertado preocupación traducida en conflictos de apropiación de contenidos originales.

A este respecto, los líderes del G7 han encomendado a los ministros pertinentes el establecimiento del llamado Proceso de Hiroshima sobre Inteligencia Artificial, consistente en la creación de un grupo conjunto de trabajo entre el G7, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en Europa (OCDE) y la Alianza Global sobre Inteligencia Artificial (GPAI, por sus siglas en inglés).

Este grupo de trabajo discutirá, en torno a finales de este año, cuestiones referentes a la aplicación de esta tecnología, como «la gobernanza, la salvaguardia de los derechos de propiedad intelectual, incluidos los derechos de autor, la promoción de la transparencia, la respuesta a manipulación de la información, incluida la desinformación, y la utilización responsable de esta tecnología».

En términos generales, los líderes del G7 se manifiestan claramente a favor del desarrollo de «herramientas para una IA de fiar» pero siempre a través del contacto con organizaciones internacionales para fomentar «el desarrollo y la adopción de normas internacionales y estándares técnicos», siempre desde el respeto a marcos de actuación «legalmente vinculantes».