KATZ Madrid (calle Gabriel Lobo, 26) es un restaurante con influencias norteamericanas, europeas e israelíes. Su nombre es un homenaje al legendario templo del pastrami neoyorquino, propiedad de la familia Katz, de la que David, su fundador, es miembro. Es un acogedor espacio en el que se puede desayunar, comer, merendar o cenar. Su eje central son las carnes ahumadas que su artífice aprendió desde niño tomando como punto de partida el método tradicional de su Israel natal. También cuentan con una panadería sin gluten, tienda take away, y un obrador propio, donde se hace el pan respetando las antiguas técnicas, con masa madre, harinas ecológicas y horno de leña, así como la bollería y pastelería.

En esta casa se apuesta por el producto de cercanía y de producción ecológica, y todas sus propuestas son de elaboración casera. Y eso se nota en el resultado. También cuidan la selección de proveedores y la materia prima de manera meticulosa, apoyando marcas artesanales, naturales y saludables. Gracias a esta filosofía, su modelo de negocio ha sido creado como un espacio capaz de dar desayunos, brunchs, comidas y cenas.

 

En KATZ se fusiona la comida judía tradicional, la americana y la francesa junto al toque especiado con sabor oriental. Su especialidad es la famosa carne ahumada, realmente exquisita en cualquiera de sus versiones hornos y que llegan acompañados de patatas, nachos o encurtidos, todos hechos en casa: pastrami, pollo, cerdo, brisket y hasta beicon. Todos elaborados en un proceso lento y ahumados por ellos mismos.

Algunos imperdibles, además del sándwich de pastrami en pan cristal, son: el Cubano  en pan de leche, pastrami de pollo, beicon, mantequilla, pepino encurtido y queso havarti; el Philly Cheese Steak en pan de leche, salteado de carne de picaña selecta, tiras de cebolla, pimiento rojo y verde, bañado en crema cheddar elaborada en el momento; y el Smoked Pulled Pork, que está increíble, en pan brioche con carne selecta desmenuzada de cerdo, beicon, pepino encurtido con salsa barbacoa con bourbon y ensalada de col.

Un consejo: para comenzar hay que pedir la tabla de degustación, servido con salsas caseras, que incluye pastrami de pollo, pastrami de ternera, beicon ahumado y queso viejo; una delicia. Y los nachos son de los mejores que hayas probado, recubiertos de queso cheddar fundido, carne ahumada y desmenuzada bañada en salsa BBQ, queso crema, jalapeños y pico de gallo. También están ricas las ensaladas: de lombarda, de zanahoria, de berenjena ahumada y asada a leña con tomate o con mayonesa, el hummus con zaatar, la ensalada de col americana o la de queso crema que viene en dos variantes, con aceitunas verdes o con atún y cebolleta. El dulce también lo elaboran a diario en KATZ: cookies, muffins, pancakes, tarta de queso, rollitos de canela, brownie, etc.

El brunch es otro de sus puntos fuertes. En la práctica se trata de una degustación de los platos más famosos de su carta, como el pastrami, las cremas o las ensaladas, acompañados por una amplia selección de bollería y pastelería. Se sirve todos los fines de semana y festivos, de 11:00h a 13:30h, e incluye huevos de corral a la plancha con tiras de beicon crujiente marinado en bourbon; el célebre pastrami ahumado; una selección de sus cremas y ensaladas como la de berenjena ahumada, el hummus, queso crema sazonado con zaatar, los vegetales encurtidos, todo ello acompañado de panes recién horneados, borekas  (empanadillas de masa muy fina tradicionales en Israel y países aledaños), cruasanes, tostadas francesas en sirope de arce, fruta de temporada,  zumos naturales, café e infusiones. También hay un medio brunch que se sirve a diario y durante toda la jornada.

Un último apunte a tener muy en cuenta: todas las raciones son muy abundantes. En esta casa no se pasa hambre, sino que hay que venir hambriento para poder disfrutar su propuesta a tope. Además, tu bolsillo no se resentirá porque todos los precios son muy comedidos, teniendo en cuenta la alta calidad de lo que sirven.

“Queremos que nuestros clientes disfruten de manera relajada de una experiencia divertida, a la par que deliciosa.  Con nuestro brunch les estamos dando la posibilidad de probar una variada selección de platos que están en nuestra carta habitual” resume David Katz, propietario de Katz.