Las empresas debemos huir de las clásicas expresiones asociadas a la función de recursos humanos que denotan concepciones que empiezan a sonar muy manidas, por ejemplo: “Las personas son el principal activo de la empresa”. Expresiones de este tipo transmiten un sentimiento de propiedad completamente alejado de la relación actual de las organizaciones con las personas que las componen.

La realidad es que esa relación se está transformando en una vinculación en la que la empresa y sus colaboradores deben trabajar por el bien mutuo. Si se pide a las personas que se involucren en el éxito y la sostenibilidad de la empresa, ésta debe corresponder con el apoyo a sus colaboradores, más allá de la estricta relación laboral. Es decir, la empresa debe asumir un compromiso social con sus empleados y empleadas.

La pandemia originada por el COVID-19, que tantas desgracias ha traído, ha reforzado la idea que teníamos muchos sobre la importancia de las personas en las empresas. Entre todos hemos conseguido mantener la actividad y garantizar su sostenibilidad. En ese entorno tan complicado, las empresas nos hemos volcado con nuestros colaboradores. Ha aumentado muy sensiblemente la preocupación de todos los responsables, y hemos tomado decisiones con un foco muy claro en el bienestar de las personas: wellbeing, en inglés.

4 pilares esenciales
El concepto de wellbeing va más allá de garantizar la prevención en la salud física de las personas que componen la plantilla. Requiere un acompañamiento y ofrecer herramientas que aborden los cuatro pilares fundamentales que contribuyen a un buen estado de salud: bienestar emocional, físico, social y financiero. ¿De qué manera puede contribuir la empresa a ese bienestar de sus equipos?

1. Bienestar emocional. Está muy ligado a un adecuado equilibrio entre la vida profesional y personal —expresión que considero mucho más conveniente que el término habitual de “conciliación”—. Este equilibrio se verá sin duda beneficiado con la aplicación de modelos de trabajo adecuados, en los que impere la flexibilidad como herramienta esencial. La flexibilidad horaria o los modelos de trabajo híbridos, que compaginan el trabajo con los compañeros y la optimización de tiempos de trabajo con los desplazamientos, son instrumentos que sin duda contribuyen al equilibrio.
   El trabajo tiene momentos de exigencia muy variable; provoca mayor o menor tensión, difícilmente evitable en algunas ocasiones debido en muchos casos a su origen en condicionantes externos. Sin embargo, podemos hacer frente a esta casuística potenciando las buenas relaciones entre los equipos, la colaboración entre las personas, y el desarrollo de un buen ambiente en el lugar de trabajo, consiguiendo así aliviar tensiones. También las actividades de formación de líderes o de team building contribuyen indudablemente a este fin.
2. Bienestar social. El bienestar emocional y el bienestar social implican poder desarrollarte en un entorno seguro, en el que sientas que se respeta tanto tu diversidad como la diversidad de todos tus compañeros, potenciando la inclusión de todo el equipo. La puesta en marcha de iniciativas y programas específicos que promuevan la diversidad y la inclusión son cada día más valorados por las personas.
3. Bienestar físico. El objetivo es que la empresa ponga a disposición de sus empleados y empleadas recursos que les ayuden a llevar un estilo de vida activo y saludable, como charlas formativas, fruta gratis, menús saludables en la oficina o el patrocinio de actividades deportivas que fomenten la actividad física. Además, estas últimas promueven el trabajo en equipo y favorecen el sentimiento de pertenencia a la compañía, reforzando también el bienestar social comentado previamente.
4. Bienestar financiero. Este último ítem se ha sumado como pilar de un buen estado de salud. En GMV sabemos que disponer de unas finanzas organizadas repercute directamente sobre el bienestar. Y sin entrar en la privacidad individual, en GMV proporcionamos herramientas que impulsan el ahorro, así como otros recursos —como charlas informativas, comunicados o contenido infográfico— que ofrecen una educación financiera responsable y planificada.

Muchas de las acciones expuestas hasta ahora llevan funcionando en GMV desde su constitución, hace casi 40 años. Porque forman parte de la orientación hacia las personas con la que nació nuestra compañía, y que nos llevaron a formalizarlo en un programa de wellbeing en 2019, ampliando su alcance. Posteriormente el programa se ha ido desarrollando, teniendo en cuenta el contexto social y las iniciativas de muchos colaboradores de la empresa.

Apostar por el talento
Hoy día, el programa de wellbeing es uno de los pilares esenciales de la propuesta de valor que GMV ofrece a sus colaboradores. Supone una clara apuesta por el talento, tan necesario para desarrollar nuestra estrategia y alcanzar el crecimiento exponencial que estamos experimentando, y nuestra capacidad para liderar proyectos innovadores y de relevancia mundial.

Todo esfuerzo tiene su recompensa. La aplicación de programas y políticas que persiguen el bienestar de las personas de GMV han conseguido que la compañía presente unos indicadores de salud mejor que la media del sector. Así lo revelan algunos datos como los proporcionados por la aseguradora Adeslas, que muestran una siniestralidad 7 puntos por debajo de la media, habiendo descendido 5 puntos en los 3 últimos años. En esa misma línea, el informe anual de Fremap sitúa a GMV en unos índices de incapacidad temporal (IT) un 40 % inferiores a los valores promedio del sector. Estos resultados reflejan el efecto positivo de los programas y las políticas de gestión del talento de GMV.

Por todo ello, el desarrollo de todos los aspectos de bienestar corporativo es cada día más una necesidad y un compromiso de las empresas con sus trabajadores, por el beneficio recíproco que indudablemente aportan.

 

Ignacio Ramos es director corporativo de Estrategia de Personas e Infraestructuras de GMV, grupo tecnológico con presencia internacional. GMV opera en diversos sectores: espacio, aeronáutica, defensa, sanidad, seguridad, transporte, telecomunicaciones y tecnologías de la información y la comunicación (TIC).