Banco Sabadell tiene una demostrada experiencia en integrar otros bancos. Los últimos de las seis fusiones emprendidas por el equipo que preside Josep Oliu en los últimos catorce años han sido el Guipuzcoano y el Urquijo, convertido éste último en una unidad de banca privada. Pero antes, la entidad catalana ya digerió con éxito el Herrero y el Atlántico, amén de otros bancos pequeños del estado de Florida, como el Natwest. El músculo integrador del banco que preside Josep Oliu está en forma y listo para iniciar un plan de adelgazamiento de 300 de  las 939 oficinas que la CAM tiene principalmente en la Comunidad Valenciana, Murcia y Baleares.

Precisamente la experiencia del Sabadell en integrar otras entidades es la baza que ha jugado el banco catalán para hacerse con un complemento territorial importante para la expansión de su negocio. De hecho, gracias al esfuerzo realizado en la fusión de las anteriores adquisiciones, el Sabadell, que era un banco local, ha pasado a ser una entidad nacional de referencia y el quinto banco de España por activos (166.346 millones), por encima del Popular.

Con la CAM, el banco cuyo grupo duro de accionistas está integrado por sociedades de José María Lara (Planeta) e Isaac Andic (Mango), escala en el ranking de bancos españoles, situándose como sexto en depósitos de clientes, pasando de gestionar 54 millones de euros a 80 millones. En cuanto a penetración de mercado a nivel estatal, Sabadell pasará de controlar el 4,3% de particulares al 9,3%, y del 19,1% de pymes y corporaciones, al 24,2%. Respecto al riesgo que entraña la operación de la CAM, Oliu no restó valor al calificarla de “durísima”, pero restó importancia financiera al asegurar que “carece de riesgos sustanciales”.

En cuanto a la grasa que el Sabadell extraerá en la integración de la CAM, se producirá en aquellas zonas donde la duplicidad de presencia de las distintas enseñas del banco sea manifiesta o donde la cuota de mercado así lo aconseje. La integración comportará también el despido de unos 1.800 de los 6.432 empleados que tiene el Banco CAM, la entidad que gestiona el negocio financiero de la Caja del Mediterráneo que el Sabadell ha adquirido por un simbólico euro. El método, como en anteriores fusiones ha hecho el Sabadell, pasará por la negociación con los sindicatos para establecer bajas incentivadas y prejubilaciones.

Mientras los presidentes de la Generalitat catalana y valenciana, Artur Mas y Alberto Fabra, respectivamente, se congratulaban por la operación, el primero porque un banco catalán crece en España y el segundo porque quedan garantizados los depósitos de los ciudadanos; Oliu destaca que la integración de la CAM no sólo es “transcendente” para el Sabadell, que se convierte en la sexta entidad por depósitos y cuota de mercado de España, sino también para el sistema bancario nacional, por su contribución a la reestructuración bancaria y a disminuir el riesgo sistémico

El Sabadell estudiará si mantendrá la marca propia de la CAM en los territorios históricos de la Caja del Mediterráneo o si su red quedará integrada en la suya, aunque Oliu se decanta por combinar ambas marchas para así aprovechar el arraigo de la entidad alicantina con el prestigio de la catalana. No obstante, ha asegurado que en el Sabadell «vamos a hacer lo posible, mediante todo tipo de campañas, para recuperar a los clientes perdidos. Lo primero que tenemos que hacer es trasladar un ambiente de normalidad a la red comercial de la CAM, que ha estado demasiado tiempo bajo una enorme presión», ha precisado.

En su comparecencia, Oliu también ha reconocido que las cuotas participativas de la Caja de Ahorros del Mediterráneo que siguen cotizando en Bolsa «no tienen valor económico» ya que el acuerdo de la adjudicación no las incluye, y su futuro dependerá de lo que España y Bruselas decidan. «Son ajenas a la adquisición, y ni hemos revisado cuántas son. Con la obra social [de la CAM] ocurre lo mismo», abundó. Pese a ello, las cuotas han subido en el parqué, mientras que las acciones del Sabadell lo han hecho algo más del 4%. Oliu ha avanzado que deberá ser el Banco de España quien tome una decisión sobre el futuro de las cuotas.