El deterioro de la confianza y las subidas de tipos deprimirán la inversión en 2023

28/06/2023

Miguel Ángel Valero. Los expertos del Banco de España avisan que la contribución positiva de la recuperación de la demanda irá perdiendo fuerza a lo largo del año. // La evolución reciente de la inversión en España desde una perspectiva macroeconómica

La inversión es un determinante crucial del crecimiento económico a largo plazo y »
exacerba la amplitud de los ciclos económicos, dada su naturaleza procíclica y volátil», señala el análisis La evolución reciente de la inversión en España desde una perspectiva macroeconómica, elaborado por Pablo Aguilar, Blanca Jiménez-García, y Corinna Ghirelli, del departamento de Análisis de la Situación Económica del Banco de España.

Desde la pandemia las variaciones de la inversión han tenido una mayor magnitud que las del conjunto del PIB. Tras el fuerte descenso al inicio de la crisis sanitaria, la
inversión experimentó una recuperación igualmente intensa a medida que la demanda recobraba su pulso y la incertidumbre tendía a atenuarse, en un contexto caracterizado, además, por la presencia de condiciones financieras.

Sin embargo, la inversión registró una pérdida progresiva de dinamismo en la segunda mitad de 2022, por la caída de la confianza de los agentes y el empeoramiento de las perspectivas de crecimiento para España, en un contexto de enorme incertidumbre geopolítica.

«La teoría del acelerador postula que las empresas incurrirán en gastos en inversión
si observan un aumento en la demanda de los bienes y servicios que producen y esperan que este incremento sea sostenido en el tiempo, de forma que conduzca a una utilización plena de su capacidad instalada», explican los expertos del Banco de España.

Éstos también destacan la importancia de las expectativas de la evolución futura de la economía por parte de los agentes como determinante de la inversión. En este sentido, los indicadores de sentimiento económico mejoraron de forma sostenida con la reapertura gradual de la economía tras la pandemia, entre la segunda mitad de 2020 y finales de 2021. Sin embargo, en 2022 pudo apreciarse un deterioro de la confianza a raíz del empeoramiento de las perspectivas de crecimiento económico provocado por la crisis energética y la invasión de Ucrania.

La política monetaria es un factor fundamental a la hora de explicar la evolución de la
inversión, al determinar el coste de financiación, variable que las empresas han de tener en cuenta para la toma de sus decisiones de gasto en capital fijo. Además, al modificar la carga financiera de las empresas asociada a su endeudamiento pasado (en el caso de la deuda a tipo de interés variable), la evolución de los tipos de interés determina el volumen de flujos de caja disponibles para acometer su inversión. En este sentido, el tono de la política monetaria se ha endurecido a partir de finales de 2021 en la UEM, como respuesta al fuerte episodio inflacionista.

El aumento de los tipos de interés resultante habría afectado negativamente a la inversión. Un aumento de los tipos de interés de 175 puntos básicos (pb) produce una reacción negativa del crecimiento de la inversión de 0,26 puntos porcentuales.  «Además, el impacto es persistente: se observa que la respuesta es negativa y estadísticamente significativa durante varios años», resaltan los expertos del Banco de España.

Por otra parte, un incremento de la confianza da lugar a un aumento del crecimiento de la inversión de medio punto en el primer trimestre, y de 0,7 en un año. El aumento de la demanda incrementa la inversión en 0,6 puntos.

Respecto a las expectativas para 2023, los expertos del Banco de España precisan que «la confianza ha mejorado, pero podría empeorar en el futuro si se reavivaran las tensiones geopolíticas o si se volviera a desatar algún episodio de turbulencias financieras», en alusión a las quiebras de bancos en EEUU y de Credit Suisse.

Las subidas de los tipos de interés ejercerán una notable presión a la baja sobre la inversión, de magnitud creciente a lo largo del año.

«De cumplirse las perspectivas de recuperación de la demanda a lo largo del año, la evolución de la inversión podría ser más favorable que en el pasado reciente, de modo que, en parte, podría contrarrestar la magnitud decreciente en el tiempo de las aportaciones inerciales procedentes de los shocks de demanda de 2022», subrayan los expertos del Banco de España, que avisan que esa «contribución  positiva iría disminuyendo progresivamente».

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