Los ministros de Economía y Finanzas de la Eurozona (el Eurogrupo) han respaldado una política fiscal «restrictiva» necesaria en 2024, mediante la aplicación de las recomendaciones fiscales que propuso la Comisión Europea por parte de todos los Estados miembro de la zona del euro.

En una declaración tras la reuniónen Bruselas, los ministros de los 20 países del euro han manifestado su apoyo a la orientación «restrictiva» de la política fiscal que propuso el Ejecutivo comunitario.

El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, reclama trabajar «codo con codo» con la política monetaria para lograr «curvar» la inflación y mantener, al mismo tiempo, «un margen de maniobra para la inversión, principalmente en los sectores estratégicos».

También pide cerrar un acuerdo «lo más rápido posible» sobre la revisión de las normas fiscales de la UE, que será «esencial para mantener el ritmo» que se requiere para el próximo año.

En línea con la recomendación de Bruselas, los Estados se han comprometido a esforzarse por reducir las medidas de apoyo energético, utilizando los ahorros relacionados para reducir los déficits públicos, lo antes posible en 2023 y 2024.

«Según estimaciones de la Comisión, para la mayoría de los Estados miembro de la zona del euro, se espera que esto sea suficiente para cumplir con las recomendaciones fiscales», recuerda la declaración, que aboga por «evitar medidas permanentes de aumento del déficit para facilitar una reducción duradera tanto del déficit como de la deuda».

Con estas medidas, los países del euro confían en poder alcanzar la orientación fiscal restrictiva general necesaria en la zona del euro para 2024.

De este modo, el Eurogrupo defiende medidas contenidas frente a la política fiscal expansiva del período 2020-2022, que buscaba hacer frente a las perturbaciones externas, como la pandemia de Covid-19 o la crisis energética derivada de la agresión de Rusia a Ucrania, y proteger a las personas vulnerables.

Esas medidas han impuesto una carga adicional a las finanzas públicas y, «si bien la consolidación ya ha comenzado, será necesario abordar el efecto de la inflación persistente y los mayores costos de endeudamiento para reducir los índices de déficit y deuda con el tiempo».

Por ello, ven justificada una estrategia de consolidación fiscal «decidida, gradual y realista» para fortalecer la sostenibilidad fiscal, reconstruir los «colchones» fiscales, generar un mayor crecimiento sostenible e impulsar la resiliencia de la zona del euro ante los desafíos futuros, incluida la equidad intergeneracional.

El Eurogrupo continuará supervisando de cerca la evolución económica y subrayan la importancia de la coordinación de políticas en el marco de las nuevas reglas fiscales revisadas, en las que se está avanzando con miras a concluir el trabajo legislativo en 2023, bajo la presidencia española del Consejo.