Templo del aperitivo y maestros del escabeche

22/08/2023

Carmela Díaz.

Si eres un apasionado del tapeo del bueno de toda la vida, los escabeches, las conservas o los encurtidos, Hermanos Vinagre es tu sitio. ¡Y qué sitio! Una parada de visita obligada para los amantes de las tabernas castizas tradicionales (pero con un acertado punto de vanguardia) donde disfrutar de buenos vinos, vermús o de cañas bien tiradas. Todo ello acompañado de aperitivos ricos, ricos, donde no faltan bocados como los mejillones en escabeche ahumados, los boquerones en vinagre o las anchoas de elaboración propia.

 

Tras haber conquistado a lo largo de los últimos meses los barrios de Retiro (calle Narváez, 58) y Chueca (calle Gravina, 17), Hermanos Vinagre desembarcó recientemente en pleno Chamberí, concretamente en la calle Cardenal Cisneros, 26, con un valor diferencial a su recetario habitual: además de ofrecer los platos más icónicos de la casa, ha incorporado en su carta una selección de tapas calientes. Como auténticos iconos de la gastronomía madrileña, destacan el bocata de calamares y el pepito de ternera con pimiento y queso; además, se pueden encontrar algunos guisos clásicos como el pollo al ajillo o los filetes rusos. Mención especial para los croquetones, de huevo duro o de jamón ibérico, y los siempre apetecibles huevos fritos con papada Joselito.

Hay que probar estos nuevos platos calientes, pero sin dejar de deleitarse con las especialidades con las se han ganado un merecido hueco de honor en los aperitivos y tapeos de la capital. Entre ellas, no hay que perderse sus conservas, todas de elaboración propia. Con el mejor producto como base, desde su fábrica de conservas en Boadilla del Monte preparan con mimo los productos que más tarde se servirán en sus locales y que tienen como resultado bocados como los ya emblemáticos mejillones en escabeche ahumados, los boquerones en vinagre (posiblemente, los mejores de Madrid) o las anchoas. Estos tres bocados son obligatorios en todas las comandas.

Otra recomendación imperdible son sus berberechos al natural preparados con salsa picante y lima que te vas sirviendo al gusto, una auténtica delicia; también deliciosa la gilda; el atún fresco como si fuese mojama con almendras; el bonito picantito; las sardinillas en escabeche rojo picante o los muslitos de codorniz en escabeche. Y muy rica también su ensaladilla “La rusa” servida de un modo muy original, en el interior de muñecas matrioscas; al igual que la oreja frita, con una textura que recuerda en cierta manera a las tortillitas de camarón.

También disponen de una interesante selección de embutidos entre los que se encuentran el lacón ibérico de Móstoles, los chicharrones de Cádiz (tan complicados de encontrar en la capital), la cecina de vaca vieja o la sobrasada de buey de Cárnicas LyO.

La honestidad, unida a un concepto contemporáneo que vuelve a dar vida al bar de siempre, pero llevado a la actualidad, son algunas de las claves con las que Hermanos Vinagre han conseguido el aplauso del público. ¿Otro plus adicional? El precio: puedes disfrutar de un tapeo o de un aperitivo de altura, con productos y ejecuciones de calidad, por unos 18-20 euros por comensal. Un lujo.

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