Los ingresos de capitales cuentan con un tipo impositivo real (ETR, por sus siglas en inglés) inferior al que grava las rentas salariales de los trabajadores en la mayor parte de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), lo que podría tener impactos «considerables» sobre la proporcionalidad del sistema tributario o el exilio fiscal.
«Los ingresos por dividendos y las ganancias de capitales generalmente cuentan con una ETR inferior que los ingresos salariales a nivel individual», lo que beneficia a las personas con altos ingresos y genera «distorsiones».
«El tratamiento fiscal diferenciado entre los ingresos de capitales y del trabajo afectan a la eficiencia y equidad de los sistemas tributarios», ha resumido la OCDE, pues puede ocurrir que dos ciudadanos, a pesar de percibir los mismos ingresos, deban pagar en impuestos diferentes cantidades debido a la distinta procedencia de los mismos.
Los ingresos de capital tienden a concentrarse en los hogares con más recursos, por lo que este tipo de contribuyentes se benefician de forma «desproporcionada» del trato preferencial a los ingresos de capital, lo que «reduce» la justicia fiscal.
De los 38 países miembros, solo en España y Colombia los ingresos de capitales tributan a nivel individual más que los originados por el trabajo. Las rentas de capital de largo plazo están totalmente exentas en Turquía, Luxemburgo y Bélgica. Y en once países, como Australia, Colombia, Luxemburgo, Israel, Francia, Suiza o EEUU, los ingresos de capital de largo plazo se gravan de forma más favorable que los equivalentes a corto.
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