Damian McIntyre, gestor de carteras de renta variable alternativa de
Federated Hermes, cree que el IPC estadounidense «no fue
demoledor, pero mostró algunos indicios de que la inflación podría
estar reafirmándose de nuevo». Aunque las cifras subyacentes siguen
disminuyendo en términos interanuales, la medida mensual fue superior
a lo esperado y aumentó un 0,3%, su mayor tasa de crecimiento en tres
meses.

«Es probable que este dato justifique una nueva pausa del Comité
Federal de Mercado Abierto en septiembre, pero no aclara mucho más la
actuación de la Reserva Federal. Esperamos declaraciones
contradictorias por parte de la Reserva Federal de cara al otoño, y es
poco probable que haya consenso sobre el mejor camino a seguir, lo que
podría dar lugar a una reunión polémica en noviembre”, advierte.

Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro, también considera que hay datos «contradictorios», pero resalta que «parece un paso en la dirección correcta».

Aunque los precios del petróleo han impulsado la tasa general hasta el 3,7%, esto se ve compensado por la caída de la tasa de inflación subyacente, más importante, hasta un nuevo mínimo del 4,3%, a medida que se enfrían los mercados de la vivienda y el empleo.

 «Sin embargo, las cifras seguirán siendo demasiado elevadas para la Reserva Federal. Esto obligará a la Fed a mantener los tipos de interés en su nivel más alto de los últimos 20 años hasta que vea más progresos en la milla final, la que más cuesta, para conseguir que la inflación se encamine firmemente hacia su objetivo del 2%», señala.