El Congreso de Estados Unidos sufre una situación insólita, provocada por la rebelión de un grupo de representantes de la ultraderecha contra el líder de la mayoría republicana, Kevin McCarthy. Éste no ha logrado los votos suficientes para conseguir abortar la moción de cese presentada por el congresista de Florida Matt Gaetz.

De esta forma, McCarthy se convierte en el primer presidente del Congreso destituido en la historia de EEUU. Esta situación evidencia la división en el Partido Republicano desde la irrupción de Donald Trump. Y que los demócratas se han negado a salvar a McCarthy, que impulsó la apertura de un proceso para tratar de someter a un «impeachment» a Joe Biden.

El problema es que el cargo de ‘speaker’, segundo en la línea de sucesión presidencial, será sustituido de forma interina por alguien que se elegirá de una lista que el propio McCarthy preparó. Pero la única autoridad de ese ‘speaker’ temporal será organizar la elección del nuevo presidente del Congreso, por lo que la parálisis legislativa está asegurada, y vuelve a planear el cierre del Gobierno al no estar aprobadas las leyes presupuestarias.

En enero McCarthy tuvo que hacer concesiones a los ultras de su partido para poder llegar a la presidencia de la Cámara tras un proceso agónico y humillante en el que necesitó 15 rondas de votaciones.