Rabat (Marruecos) acogerá el 18 de octubre la primera gran reunión entre los presidentes de las federaciones de fútbol de los países que acogerán el Mundial de 2030: Marruecos, España y Portugal.

Fouzi Lekjaa, presidente de la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF), Pedro Rocha, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), y Fernando Gomes, presidente de la Federación de Fútbol de Portugal, se verán en la capital marroquí para ultimar detalles para la organización de la cita mundialista e ir completando el informe que se presentará a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) con todos los detalles de la organización.

Pero la cuestión clave es dónde se jugará la final. Fouzi Lekjaa, a quien el rey Mohamed VI nombró presidente del Comité del Mundial de 2030, ya ha abierto la pugna y quiere que la final se celebre  en el Gran Estadio de Casablanca, infraestructura que se desarrollará próximamente y que contará con un aforo de 93.000 espectadores: “Esperamos vivir una final extraordinaria que honre a todo el continente y a las jóvenes generaciones en un estadio en Casablanca que será extraordinario y maravilloso”.

Hasta ahora, parecía pactado que la final se jugara en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid.

La propuesta de Marruecos parece destinada a garantizarse una semifinal, que se disputan el Camp Nou en Barcelona y Portugal, como compensación a renunciar a acoger la final.