«Soy el Primer Ministro de la República de Polonia. Soy responsable de la seguridad de Polonia y de sus ciudadanos. Por lo tanto, como político responsable, rechazo oficialmente todo el párrafo de las conclusiones de la cumbre sobre migración», afirma Mateusz Morawiecki en Granada, donde se celebra la reunión informal de jefes de Esstado y de Gobierno de la UE bajo presidencia española.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, es aún más rotundo: el pacto migratorio que pretende la Unión Europea implica “violar” con leyes y políticas a países que como Hungría y Polonia no están conformes: “Si te violan, en términos legales, y te obligan a aceptar algo que no quieres, ¿cómo puede haber un acuerdo? Es imposible”.
Hungría y Polonia ya habían votado en contra del mandato para negociar el mecanismo de gestión de crisis migratoria en la reunión de ministros de Interior, que salió adelante con el apoyo de una mayoría cualificada de países.
A eso se agarra el presidente de Francia, Emmanuel Macron, para restar importancia al rechazo de Hungría y Polonia. El Mecanismo de Gestión de Crisis, la cuestión pendiente del Pacto de Asilo y Migración, endurece los procedimientos de asilo, mantiene las detenciones en frontera y acelera la expulsión de las personas que no cumplen con los requisitos. Lo que ha generado críticas de las ONG.
El resultado es que la Declaración de Granada omite cualquier mensaje sobre inmigración, argumentando que esta cuestión se tratará dentro de dos semanas en el Consejo formal que se celebrará en Bruselas.
Sí lo ha hecho el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel: “La Unión Europea tiene que estar abierta al resto del mundo. Es importante asegurar que somos más eficientes contra los grupos criminales, y tenemos que cooperar más con los países de origen y tránsito”, añade.
Ampliación de la UE: Hungría pide examinar «las consecuencias estratégicas»
Orban, el más prorruso de los gobernantes de la UE, también enfría las expectativas sobre la ampliación de la Unión Europea. Antes de plantear la entrada de nuevos miembros, es necesario examinar sus “consecuencias estratégicas”. “No lo hemos hecho”, avisa.
Ucrania “es un país en guerra” y la UE “nunca” ha aceptado a un miembro en estas circunstancias, toda vez que no se sabe “dónde están las fronteras efectivas” de esa nación.
También señala que hay que examinar el impacto desde el punto de vista presupuestario, desde las ayudas agrícolas a los fondos de cohesión, pasando por cuestiones básicas de seguridad. “¿Están los campesinos franceses preparados?”, cuestiona Orban.
Claro que quien no se consuela, es porque no quiere. “La cumbre ha servido para prepararse para el futuro”, proclama la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
El presidente español en funciones ‘barre para casa’: la cumbre celebrada en Granada «ha sido un éxito de logística, de desempeño, demostrando que los españoles sabemos hacer cuando tenemos estas ocasiones”. Y agradece a la ciudad y a los granadinos “su hospitalidad y su paciencia”
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