La rebaja afecta a las notas de emisión de deuda y de viabilidad de las cinco entidades, que se cuentan entre las relativamente mejor calificadas a nivel europeo, y cierra el proceso de vigilancia con implicaciones negativas abierto el pasado 13 de octubre.

En este sentido, la agencia precisó que las calificaciones de estas entidades se sustentan en «factores idiosincráticos», por lo que la rebaja responde al «fenómeno más amplio de los vientos en contra que encara la industria bancaria».

En el caso del danés Danske Bank y del francés Credit Agricole, este recorte obedece de manera directa a su exposición a la deuda soberana de los países de la eurozona, mientras que en el de las otras tres entidades Fitch ha tenido en cuenta el impacto de la crisis del euro en los mercados y su efecto de freno en la economía.

La calificadora de riesgos precisó que sus calificaciones se sustentan en un normal funcionamiento de los mercados, donde las dificultades son de naturaleza temporal.

En el contexto europeo, Fitch apuntó que espera que la actual crisis continuará por algún tiempo, aunque señaló que sus valoraciones no asumen una ruptura de la eurozona, algo que, de producirse, tendría un impacto negativo en los ratings de las entidades europeas analizadas por la agencia.

«La recientemente completada cumbre de la UE hizo muy poco por aliviar la presión, mientras reforzó las complejidades inherentes a la resolución de la crisis, alimentando el escepticismo del mercado respecto a la capidad de los líderes políticos», añade Fitch.