Philippe Waechter, economista jefe de Ostrum, (grupo Natixis IM), señala que “el ritmo de la actividad económica en la zona euro dependerá del perfil del mercado laboral”, y advierte: “el BCE no bajará la guardia rápidamente aunque la inflación se ralentice. La actividad económica no repuntará espontáneamente. En consecuencia, el equilibrio del mercado laboral cambiará: las dificultades en la contratación se reducirán porque las empresas contratarán menos. En consecuencia, el poder de negociación de los asalariados será menor”.

“No habrá recuperación salarial debido a las menores presiones del mercado laboral y a la ralentización de la inflación. Las negociaciones salariales se traducirán en una ralentización de los aumentos salariales. Como consecuencia, los hogares podrían comenzar a preocuparse más por el empleo. El gasto podría verse penalizado, lo que haría al consumidor aún más cauto. La caída de la inflación no bastaría para reducir las tensiones”, advierte.

En conclusión, Waechter comenta que “el riesgo es la falta de impulso de la demanda interna, conviviendo con un deseo de ahorrar desde los gobiernos y un comercio mundial en contracción. Es probable que el crecimiento sea lento durante los próximos tiempos en la zona euro”