Thomas Hempell, responsable de estudios macroeconómicos y de mercado, Christoph Siepmann, Martin Wolburg, Paolo Zanghieri, economistas senior en Generali Investments, ven «inminente» la desaceleración económica mundial. Y aportan datos:
- Los sólidos datos económicos estadounidenses se contraponen con el vacilante crecimiento de la Eurozona y China durante el verano.
- En última instancia, la economía estadounidense también se resentirá de los efectos retardados de unos tipos altos, unas condiciones crediticias restrictivas y la desaparición del apoyo del exceso de ahorro y del estímulo fiscal. En la Eurozona, la demanda contenida de servicios se desvanecerá, y en Alemania se avecina una recesión.
- Los responsables políticos chinos sólo abordan con contrariedad los fuertes vientos en contra de la crisis inmobiliaria y la deprimida confianza de los consumidores. Sin embargo, un ciclo de inventarios más bajo debería ayudar a estabilizar la producción industrial.
- La inflación está a punto de remitir, aunque lentamente, debido a las fuertes presiones salariales en la Eurozona y al resurgimiento de los precios de la vivienda en Estados Unidos. El encarecimiento de la energía aumenta considerablemente los riesgos.
El dilema de los bancos centrales (inflación pertinaz frente a crecimiento vacilante) se está agravando, especialmente en el caso del BCE, que probablemente haya alcanzado un máximo de tipos tras la subida de septiembre, ya que sus previsiones de crecimiento siguen pareciendo demasiado optimistas. «Tampoco prevemos nuevas subidas de tipos por parte de la Fed en un contexto de debilitamiento del mercado laboral. Sin embargo, la lenta desinflación hace improbable un giro antes de mediados de 2024».
«Elevamos las previsiones para 2023 también para Japón (que disfrutó de una
reapertura tras la crisis de la Covid), América Latina y Europa central y oriental. Sin embargo, esto contrasta con unos datos mucho más apagados en la Eurozona, donde la recesión del sector manufacturero -encabezada por Alemania- se intensificó, mientras que la reprimida demanda de servicios (turismo en particular) ha dado señales de debilitamiento últimamente. China ha sufrido un rápido desvanecimiento del impulso postcovid, al tiempo que se intensificaban bruscamente los problemas en el sector
inmobiliario», explican.
«En medio de estos movimientos opuestos, sólo hemos aumentado ligeramente
nuestra previsión de crecimiento mundial para 2023 en 0,1 puntos porcentuales, hasta el 2,6%», porque la continuación de la desinflación exigirá que las economías se enfríen de forma más significativa. En EE.UU., los tipos altos, las condiciones crediticias restrictivas y el agotamiento del exceso de ahorro aún no han hecho mella, aunque pueda evitarse una recesión en toda regla. En la Eurozona, los expertos de Generali Investments vaticinan una recesión moderada en Alemania y un estancamiento en la mayoría de los demás países.
«Sin embargo, nuestro recorte más profundo de las previsiones de crecimiento para 2024 para las principales economías se aplica a China, donde la crisis inmobiliaria y la tibia respuesta política ralentizarán el crecimiento por debajo del 4%, lo que supondría la tasa más débil desde 1990, salvo el año de la pandemia de 2020», apuntan.
Aviso Legal
Esta es la opinión de los internautas, no de diarioabierto.es
No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.
Su direcciónn de e-mail no será publicada ni usada con fines publicitarios.