Daniel Noboa, empresario de 35 años, será el próximo presidente de Ecuador. Hijo del hombre más rico del país (tres generaciones dedicadas a la explotación del banano, una fortuna de 910 millones$, pero fracasó en cinco ocasiones en las elecciones presidenciales), era hasta ahora prácticamente desconocido, no tiene experiencia, no proviene de ningún partido político, aunque su discurso liberal, su intención de reducir impuestos y fomentar la inversión extranjera lo sitúa en el centro derecha.

Ha obtenido el 52,3% de los votos con más del 90% escrutado, derrotando claramente al movimiento político de Rafael Correa. El expresidente eligió a Luisa González, una política desconocida y sin carisma, pero ha fracasado.

“Mañana empezamos a trabajar por este nuevo Ecuador para reconstruir un país que ha sido gravemente golpeado por la corrupción, la violencia, el odio”, anuncia.

Noboa tomará posesión en diciembre y apenas gobernará 16 meses, lo que queda de período presidencial tras disolver Guillermo Lasso la Asamblea en mayo para evitar un juicio político por corrupción.

En ese tiempo debe afrontar el problema de la seguridad, un déficit fiscal de 5.000 millones$, y un PIB que apenas crecerá un 0,8% este año.