Sin embargo, uno de los aspectos de la vida en los que las prisas no funcionan es el de la salud y el bienestar. Si nuestro propósito es mejorar las condiciones de nuestro organismo, no podemos esperar que ocurra de un día para el otro. Todo lleva su proceso y, siguiendo algunos pasos esenciales, lograremos mejoras importantes en nuestra salud a medio o largo plazo. A continuación, te damos algunos ejemplos sencillos para conseguirlo.

Rutinas para optimizar tu bienestar

Estos son solo cinco ejes básicos que debes aplicar a tu día a día para observar una mejoría:

Alimentación

Haz de tu alimentación un pilar de tu salud; no es necesario aplicar fórmulas mágicas. Con una dieta equilibrada entre carne, pescado, verduras y hortalizas, frutas y lácteos, entre otros, ya tendrás la base de tu día a día.

También puedes incorporar productos naturales que te ayudarán a disponer de buenos niveles de vitaminas, entre otros.  Evita el abuso de alimentos menos beneficiosos como el azúcar, los aceites vegetales, los refrescos azucarados, o con edulcorantes, y todavía mejorarás más.

Ejercicio

No solo se trata de mantener una buena alimentación, sino de cuidar tu cuerpo también por fuera. Una rutina semanal de ejercicio y deporte constante será otra gran ayuda para tu equilibrio mental y físico.  Puedes hacerlo en casa, en la calle o en el gimnasio, pero lo importante es la constancia, sin que sea necesario que sea diario.

Descanso

Se trata de otro elemento muy importante que muchas veces dejamos apartado. Asegura 7-8 horas de descanso por la noche y ya tendrás mucho ganado. El deporte también incrementará tus niveles de energía y te sentirás bien durante el día.

Relajación

Está demostrado que hacer ejercicios de relajación, en la modalidad que elijas (yoga, respiraciones, mindfulness) es un gran beneficio para la salud, sobre todo mental. Incorpora una rutina a tu día a día, aunque sean 10 minutos después de comer o antes de ir a dormir, y percibirás sus beneficios.

Relaciones sociales positivas

Por último, cuida tu relación contigo mismo y también con los demás.  Disponer de relaciones sanas y positivas aportan un alto grado de bienestar y seguridad que contribuirá a tu salud. En las relaciones, las prisas tampoco son buenas y disponer de un buen equipo o grupo de personas a tu lado es crucial.

Pueden parecer aspectos muy lógicos, pero la gran mayoría de personas no logran equilibrar estos cinco ejes. Los altos niveles de estrés provocados por el trabajo, la conciliación familiar o la propia presión social hacen que no logremos encontrar el punto intermedio para que todas las piezas encajen con comodidad.

Sin embargo, aunque lo veamos muy lejos de nuestro alcance, siempre podemos ir introduciendo pequeñas mejoras que, con el paso del tiempo, darán su fruto. Analiza en qué estado están los cinco puntos que te hemos explicado en tu vida y, poco a poco, intenta ir sumando beneficios a tu vida cotidiana.