El BCE revisará a la baja las previsiones de crecimiento de la Eurozona para 2023 y 2024

26/10/2023

Miguel Ángel Valero. El Banco Central Europeo reconoce que el cambio de tendencia en la economía de la zona del euro puede tardar más de lo previsto hasta ahora.

Sebastian Vismara, macroeconomista de BNY Mellon IM, opina que “tanto la decisión del BCE de mantener los tipos en el 4% como el hecho de que el mensaje del comunicado de prensa no haya variado han coincidido con lo que ya se esperaba. Como ha indicado la autoridad monetaria, los últimos datos confirman en gran medida su evaluación anterior sobre las perspectivas de inflación a medio plazo. Se prevé que la inflación continúe en niveles demasiado altos durante demasiado tiempo, pese a que en septiembre el crecimiento de los precios fue inferior a las estimaciones. Esto implica que los tipos de interés se mantendrán en niveles que, sostenidos durante el tiempo suficiente, contribuirán decididamente a devolver la inflación al nivel objetivo. El comunicado no ofrece más detalles sobre los planes del BCE en relación con sus otras herramientas de política monetaria, como el ajuste cuantitativo (QT)».

Durante la conferencia de prensa posterior a la reunión, Christine Lagarde ha descrito la decisión como una «pausa» y se ha mostrado abierta a aplicar subidas de tipos adicionales. Y ha reconocido que no se han tratado los planes para el QT, la posibilidad de finalizar las reinversiones del programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) antes de lo previsto o cambios relativos al coeficiente de caja.

«Lo más importante, y en línea con el mensaje que lanzó hace poco el economista jefe de la institución, Philip Lane, es que Lagarde ha indicado que la revisión de los acuerdos salariales (cuyo impacto empezará a ser notable en el primer trimestre de 2024) será determinante para las decisiones de política monetaria el año que viene», subraya.

«Creemos que lo más probable es que los tipos de interés se mantengan en los niveles actuales hasta la segunda mitad de 2024 (algo más tarde de lo que los mercados esperan) y que después caerán más bruscamente de lo previsto hacia final de año, a medida que se deterioren las condiciones de la economía mundial. Consideramos que los riesgos con respecto a los tipos de interés siguen siendo alcistas a corto plazo y no descartamos que la política monetaria europea vuelva a restringirse a principios de 2024, en línea con nuestra opinión de que la inflación podría sorprender al alza frente a las expectativas a comienzos del año que viene”, añade

Luke Bartholomew, economista senior de abrdn, aporta más enfoques: «No ha habido verdaderas sorpresas  por parte del BCE, que ha mantenido los tipos de interés de referencia en el nivel esperado. Se ha especulado con la posibilidad de que el BCE modifique su política de balances o la forma en que trata las resoluciones de los bancos comerciales, pero no ha habido cambios. Sin embargo, no descartamos que se produzcan novedades en este ámbito, sobre todo si las pérdidas del Eurosistema siguen aumentando».

«Aunque el BCE quiere mantener abierta la posibilidad de una nueva subida de los tipos de interés, es mucho más probable que el próximo movimiento de los tipos sea a la baja que al alza. Los datos de actividad de la Eurozona apuntan a que el bloque se encuentra en una situación parecida a la recesión, mientras que la caída de los rendimientos de los bonos liderada por EE.UU. endurecerá aún más las condiciones financieras europeas, lastrando el crecimiento. Aunque la incertidumbre geopolítica podría provocar un repunte de los precios de la energía y ralentizar así la trayectoria de la inflación hacia el objetivo, haría falta un shock inflacionista muy fuerte para que el BCE endureciera aún más su política monetaria», argumenta.

El BCE fija su atención en los riesgos para el crecimiento

Karsten Junius, economista jefe en J. Safra Sarasin Sustainable AM, apunta que Lagarde confirmó que las decisiones siguen dependiendo de los datos, que no es imposible que se produzcan futuras subidas de tipos y que habría sido prematuro indicar cuándo o en qué circunstancias podrían llevar a recortarlos.

«En general, Lagarde insistió más en los riesgos a la baja del escenario económico del BCE al reconocer que el crecimiento se ha debilitado. De sus comentarios y de los últimos datos económicos deducimos que lo más probable es que el BCE revise a la baja sus previsiones de crecimiento en su próxima reunión de diciembre», interpreta.

«El BCE ve cada vez más claro que su política monetaria restrictiva se transmite a la economía a través del canal del préstamo bancario. La presidenta Lagarde subrayó que el crédito bancario se ha ralentizado y que la caída de la demanda de crédito y el endurecimiento de las condiciones crediticias -como indica la Encuesta sobre préstamos bancarios de esta semana- lo ralentizarán aún más. Explicó que la economía sigue estando débil y que esta debilidad puede observarse en varios flancos. Ahora, también el sector servicios se está debilitando a medida que los efectos de recuperación tras la pandemia se desvanecen, los efectos indirectos en el sector manufacturero se dejan sentir y los altos tipos de interés reducen aún más la demanda. Como consecuencia, también hay indicios de que el mercado laboral se está enfriando”, recalca.

Reconoció que la debilidad económica podría durar hasta el primer trimestre de 2024, para el que las últimas proyecciones del BCE de septiembre aún indicaban una tasa de crecimiento del 0,3% intertrimestral, una cifra cercana al potencial de crecimiento. Lagarde volvió a insistir en que el aumento de los ingresos reales debería reforzar el crecimiento económico en el futuro, pero esta vez sólo se refirió a una recuperación en los próximos años, indicando que el cambio de tendencia podría tardar más de lo previsto hasta ahora.

«Llegamos a la conclusión de que es muy probable que el BCE tenga que revisar a la baja sus previsiones de crecimiento en al menos 0,25 puntos porcentuales para 2023 y 2024 cuando actualice sus proyecciones macroeconómicas en diciembre. Al mismo tiempo, las tasas de inflación están cayendo como se esperaba, lo que hace innecesarias nuevas subidas de tipos», subraya.

«Lagarde también mencionó que la política fiscal debería reducir la elevada deuda pública y apoyar la política monetaria. Ambas abogarían por reducir los déficits fiscales. Además, expresó su opinión de que el marco de gobernanza fiscal de la UE debería estar concluido para finales de año»

Marco Meijer, gestor y adjunto al responsable de Renta Fija de Mediolanum International Funds, va en la misma dirección: los datos «muestran una mayor debilidad del endeudamiento de los hogares y un debilitamiento de la inversión empresarial hasta finales de año y el primer trimestre de 2024». Sin embargo, el BCE ve margen para que la economía recupere impulso a partir de entonces, lo que debería reflejarse en las proyecciones de los servicios de la Comisión del 14 de diciembre. 

Alexander Batten, Gestor de Fondos de Renta Fija para Columbia Threadneedle Investments, destaca que, aunque la puerta del BCE sigue abierta a nuevas subidas, «creemos que es poco probable que sea necesario ejercer esta opción».

Ulrike Kastens, Economist Europe para DWS, vaticina que «si la inflación evoluciona en línea con las previsiones del BCE y las nuestras, es probable que la subida de tipos de septiembre de 2023 sea la última: las tasas de inflación seguirán bajando, debido a los efectos de base y a factores subyacentes». «Y el BCE también se verá presionado desde el punto de vista económico, por los indicadores de confianza, las condiciones para la concesión de créditos y una disminución de los préstamos que apuntan a un debilitamiento significativo de la demanda interna. A medio plazo, esto abrirá la puerta a ajustes de los tipos de interés. Seguimos esperando una primera bajada de tipos a finales del segundo trimestre de 2024», remarca.

Idealista: no provocará movimientos significativos en el Euribor

Juan Villén, director general de idealista/hipotecas, explica que “el BCE mantiene el tono de prudencia de reuniones anteriores, siendo consciente de que la inflación sigue muy presente y que el invierno inminente, unido a las incertidumbres geopolíticas, no son precisamente viento de cola para confiar en una bajada progresiva de los precios. Esta postura supondrá seguramente un mantenimiento o incluso un ligero encarecimiento de las hipotecas, en la línea de tipos más altos durante más tiempo, lo cual no es buena noticia para los consumidores, y que seguramente no provocará movimientos significativos en el Euribor. Afortunadamente, la fuerte competencia entre los bancos, unida a la curva de tipos invertida (con tipos más bajos a medio que a corto plazo), hace que existan actualmente opciones de hipotecas a tipo fijo y sobre todo mixto que se sitúan claramente por debajo del 4% que es el nivel actual del Euribor”.

 

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