“Hay una discriminación muy notable, un trato diferencial y negativo sobre la banca. Ya pagamos un 30% en el Impuesto de Sociedades frente a un tipo habitual del 25% y una tasa mayor respecto a los demás sectores. Debemos pensar si el impuesto a la banca tiene sentido. Pero perjudica a la banca regulada, estamos incentivando a que la actividad se vaya de la banca regulada a la que está en la sombra. Gravar a la banca más es pegarse un tiro en el pie porque es el sistema circulatorio de la economía”, advierte el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, en la presentación de resultados de los nueve primeros meses (3.659 millones€, un 48,2% más). Recuerda que el sistema financiero español es el aparato circulatorio que permite la financiación de todos los sectores económicos.

Además, ese tributo, que en el caso de CaixaBank supone 373 millones, «se basa en una hipótesis que no es cierta, no están cayendo resultados extraordinarios del cielo». «Quien diga que es un resultado extraordinario está ocultando una parte de la realidad», ya que los 3.659 millones de beneficios se generan sobre unos fondos propios de 37.549 millones y se reparte entre más de 600.000 accionistas (entre ellos, la Fundación La Caixa, la más importante de Europa, y el propio Estado a través del Frob).

Los resultados (los mejores en la historia del grupo, excluyendo 2021 por los extraordinarios contables generados por la fusión con Bankia) son «moderados y razonables», sobre todo cuando la rentabilidad se sitúa en el 11,9%, con un notable avance sobre 2022 (8,3%) y se acerca, pero aún no llega al coste del capital, que los analistas cifran entre el 13% y el 14% los analistas sitúan el umbral para el sector entre el 13% y el 14%. Gortázar recuerda que entre 207 y 2009 la rentabilidad de CaixaBank superaba el 15%.

El retorno sobre el capital tangible (ROTE) mejora más de cinco puntos, y se sitúa en el 14,1%, una de las cifras más altas del sector.

Más argumentos de peso: CaixaBank está entre las 5 mayores empresas por tamaño entre las 35 empresas del Ibex, pero por rentabilidad está en el puesto 24. «Puede haber un debate sobre gravar más a la banca, pero no argumentando que está teniendo resultados extraordinarios, porque el sector atraiga capital nos permite financiar al resto de la economía».

Este gravamen a la banca supone «un trato discriminatorio». En muchas zonas de la España vaciada, CaixaBank compite con las cajas rurales, y entidades no reguladas.

«El impuesto a la banca es un impuesto a sus accionistas, al propio Frob, a la Fundación La Caixa y a los accionistas minoritarios. Si usted invierte en un banco francés no tiene esta penalización», insiste.

La jornada laboral impacta en la productividad

El otro protagonista fue la propuesta de reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. El CEO de CaixaBank explica que en el banco ya es ligeramente inferior, por lo que su introducción no tendría impacto en la entidad.

Pero avisa: una medida así «tiene mucho que ver con la productividad, si vamos a trabajar menos y vamos a ganar menos, vamos a bajar productividad. Si lo que queremos es trabajar menos pero no reducir ingresos, no nos quedará otra que mejorar la productividad».

Precisamente por su aportación a la productividad, «no podemos discriminar a las grandes empresas por serlo, porque vamos a perjudicar a la economía», ya que son mucho más productivas que la pequeñas. Y España está un 28% por debajo de Alemania en productividad.

Márgenes e ingresos recurrentes, pero menos comisiones

Tras las cuestiones políticas, los resultados. El incremento de los beneficios, 48,2%, se apoya en el margen de intereses, que sube el 60,7%, hasta los 7.364 millones, gracias la actualización de los préstamos a tipo variable. En cambio, las comisiones (la otra partida que decide el importe del impuesto extraordinario a la banca) bajan un 5,3%, hasta los 2.741 millones.

En CaixaBank destacan que queda todavía crédito por actualizar, proceso que seguirá así algunos trimestres más, aunque con una menor intensidad.

Los costes suben el 5,2$, hasta los 4.365 millones, pero mucho menos que los ingresos, por lo que la ratio de eficiencia (que mide el peso de los gastos sobre los ingresos) mejora hasta el 42,7%.

La ratio de capital de máxima calidad ya está em el 12,3%. CaixaBank cuenta con unos 650 millones de exceso de capital, y dedicará una parte de éste a nuevas recompras de acciones.

La morosidad se mantiene invariable en el 2,7%, muy por debajo de la media de la banca (3,56%), con una cobertura que mejora dos puntos, hasta el 76%. Apenas 6.000 clientes han solicitado la aplicación del Código de Buenas Prácticas. Para el CEO de CaixaBank, «ha sido una buena idea acordar un Código de buenas prácticas. Ha tenido una misión importante porque ha permitido dar una imagen de un compromiso público de que se van a dar facilidades a clientes que están sufriendo por los tipos. El sector bancario lo iba a hacer igualmente, pero a veces creo que es bueno que haya ese compromiso público. Qué ha pasado, que afortunadamente la economía ha ido mejor de lo que ese esperaba. Por lo tanto, afortunadamente el dolor que produce una situación como ésta es menor del esperado”.

Más clientes vinculados

El consejero delegado de CaixaBank destaca dos datos. Por un lado, el avance en la fidelización de los clientes: “La entidad ha conseguido aumentar su porcentaje de clientes particulares vinculados hasta el 71,4% a finales de septiembre, frente al 70,4% de diciembre de 2022″.

Por otro lado, el crédito, que baja el 1,7%, hasta los 345.388 millones€. Este descenso se debe a las hipotecas, que caen un 3,9% “por amortizaciones, así como por la menor producción respecto al año anterior en un contexto de subida de tipos de interés». Esa caída ha sido parcialmente compensada por la nueva producción de crédito a empresas y préstamos al consumo.

Y presume del ahorro periódico a largo plazo que hacen los clientes de CaixaBank. Las suscripciones de fondos de inversión, planes de pensiones y seguros se multiplican por 1,9, hasta 5.689 millones. Además, los recursos de clientes aumentan el 1,3%, hasta los 619.323 millones.

La consecuencia de todo esto es una revisión al alza de los objetivos fijados en el Plan Estratégico. “Hemos decidido que a final de año actualizaremos los objetivos, ya que vamos notablemente por encima de lo que teníamos previsto. Estamos recuperando esa rentabilidad de manera rápida. Tendremos que hablar del dividendo que pagamos, y lo lógico será actualizar los planes al respecto porque estamos claramente por encima”, anuncia Gortázar.