SOS Rural avisa que el precio de los alimentos crecerá sin contro

10/11/2023

diarioabierto.es. Culpa a las políticas agrarias y ganaderas de la degradación del campo y de su afectación directa en la cesta de la compra en las ciudades.

El alza sistemática del precio de los alimentos en los supermercados españoles tiene un responsable claro: las erróneas políticas agrarias y ganaderas que hacen inviable la actividad en el mundo rural, al que han puesto cerco todo tipo de normas y lobbies que asfixian a los productores, mermando así de forma crítica la capacidad de producción en España debido al cierre de explotaciones y la reducción alarmante de superficie cultivable. Este fenómeno, que ha cogido una velocidad de vértigo en los últimos años, está provocando el alza sistemática y sin control de los alimentos en España, un país que tuvo un enorme potencial agrícola y ganadero y que está perdiendo su soberanía alimenticia para depender de terceros países, como Marruecos.

Así lo ha explicado SOS Rural a través de su portavoz, Natalia Corbalán, quien ha participado en Valladolid en el debate “El maltrato al mundo rural y el alza sin fin del precio de los alimentos”, en una jornada de debate que ha inaugurado el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Durante su intervención, Corbalán ha advertido de forma contundente de que, de perdurar estas políticas “ciegas que castigan de forma irresponsable la actividad económica en el medio rural, los precios de los alimentos seguirán subiendo sin control”. “Muchos de ellos no podrán ser adquiridos por la mayoría de los españoles porque se convertirán en artículos de lujo. Estamos hablando del pollo, la fruta y las hortalizas, hasta hace bien poco, alimentos de gran calidad y asequibles para todos pero que en este momento ya se están situando en precios preocupantes”, explicó Corbalán.

“Es inaudito que en un país como España, un viernes como hoy, muchas personas no puedan comprar toda la fruta y carne fresca que necesiten para su dieta porque el bolsillo no les da, en un país en el que hasta hace no mucho teníamos en los lineales de los supermercados los mejores productos del mundo a precios asequibles. ¿Qué nos están haciendo? ¿Qué está pasando, por qué externalizamos nuestra producción en países como Marruecos? ¿Por qué hacen depender la alimentación de los españoles de las veleidades de terceros países? ¿Qué intereses hay detrás de todo esto? ¿Cómo y por qué nuestra gente malvende tierras fértiles a fondos extranjeros para llenar nuestros campos de cristal y hierro? ¿Qué está pasando?», añade.

Un problema de toda la sociedad

Por todo ello, Corbalán explicó que SOS Rural quiere implicar al conjunto de la sociedad española, no sólo a la del ámbito rural, en poner remedio a una situación inédita en España con la puesta en marcha de una Iniciativa Legislativa Popular (ILP). Es decir, un proyecto de ley que necesita medio millón de firmas para su aprobación. Este texto pretende, entre otras cuestiones, blindar por ley la superficie de agricultura de regadío en España, a fin de sostener la producción de alimentos para garantizar la soberanía alimentaria de nuestro país. La ILP también contempla poner en marcha de una vez por todas medidas que faciliten la actividad económica en la España rural: digitalización, política hídrica actualizada, incentivos fiscales y laborales, etc.

Corbalán explicó que SOS Rural es un movimiento joven, nacido este mismo año, que reúne ya a cientos de organizaciones de toda España y que pretende agrupar a todo el mundo sin exclusiones. Lo define como “apartidista, que no apolítico, porque tiene intención de influir en política para implementar soluciones” al grave problema de futuro que enfrenta España: la despoblación, el abandono del campo y la consecuente escasez de alimentos con precios inalcanzables.

Esta batalla, asegura, parte de una premisa falsa que determinados lobbies “están imponiendo: el falso e interesado relato que han comprado algunos urbanitas de que la actividad rural degrada el medio ambiente, cuando es exactamente lo contrario, abriendo un cisma absurdo entre mundo rural y la ciudad, dividiendo una vez más a los españoles sobre un planteamiento radicalmente falso”. SOS Rural argumentó en contra de esta visión unidimensional y sostuvo que la agricultura y la ganadería son actividades sostenibles y fundamentales para la economía del país.

Natalia Corbalán declaró que ​“SOS Rural emerge como un catalizador para la unificación y empoderamiento del mundo rural, una fuerza decisiva para contrarrestar las políticas europeas y nacionales que, durante años, han marginado nuestros campos y llevado a nuestra agricultura a una situación crítica. Nuestra misión es restaurar el vigor y la sostenibilidad de la vida rural española, defendiendo con tenacidad la herencia y los intereses de nuestras comunidades frente a las tendencias que amenazan su existencia”.

Intervino también Roberto López, portavoz de Agromuralla, activa organización ganadera de Galicia, quien explicó que, “después de muchos años de políticas erráticas desde la UE, y también desde el gobierno de España, que han obligado a los ganaderos a cerrar millares de explotaciones, ahora nos encontramos con que el precio del litro de la leche en los supermercados se ha disparado, como también la ha hecho el precio de la carne”. “Esto es debido -explicó, en línea con los problemas de los agricultores- a las presiones que hemos sufrido los ganaderos en estos últimos treinta años; nos han incrementado de forma brutal los costes de producción, hay menos explotaciones y todo este problema, hasta ahora percibido como únicamente del mundo rural, se ha trasladado a la ciudad: al consumidor se le dispara el precio de la cesta de la compra y cada vez cuesta más llegar a fin de mes. Esto es responsabilidad no sólo de la burocracia que se nos ha venido encima desde Europa, sino de la de nuestros Gobiernos que, siempre han mirado hacia otro lado y han dejado que nos cuelen todos los goles por la escuadra”.

El consumidor de las ciudades paga las consecuencias

Roberto López quiso abundar en su explicación: “¿Quién está pagando ya las consecuencias? El consumidor. Cuando vaya a comprar, ya veremos si puede permitirse el lujo de comprar los alimentos que necesita, porque los precios están disparados y la tendencia no va a cambiar: cuantos menos agricultores y ganaderos quedemos, más se dispararán los precios”. «En las últimas tres décadas -añadió-, la ganadería española ha enfrentado retos significativos, marcados por el incremento de costes administrativos y una feroz competencia global. Es crucial adoptar medidas que fortalezcan la viabilidad económica del sector y preserven nuestra herencia ganadera para futuras generaciones”.

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