Tras los convulsos días de algaradas, insultos y descalificaciones (los jueces no se sabe que hayan visto en estos actos ningún delito de odio) ha llegado la hora de Pedro Sánchez.

La nueva legislatura se presenta convulsa por parte de los que no han sabido perder en las urnas y aplican el “aquí vale todo” para poner piedras en las ruedas en nombre de un pseudo patriotismo que no esconde otra cosa que la defensa de unos determinados privilegios. y como se ha demostrado están dispuestos a paralizar el país para mantenerlos.

De todo ello es consciente Pedro Sánchez como también sabe que haga lo que haga le echaran toda la caballería. Ante esta perspectiva es evidente que tiene las manos libres para hacer lo que se propone empezando por buscar soluciones a la deteriorada situación del mundo de la justicia, modificando lo que tenga que modificar para que unos jueces no ocupen unos cargos cuyo mandato hace más de cinco años que esté caducado. Al fin y al cabo vociferarán igual.

Y puestos a entrar en el sistema judicial y su corporativismo, me parece democráticamente saludable entrar en la llamada “lawfare” por que algunas de sus sentencias parece que se basan más en la “justicia del enemigo” que en la aplicación de la ley. Y como protestarán igual no estaría de más que entrara a fondo en la reforma del sistema judicial, empezando por los sistemas de acceso a esta profesión. Ante la reacción que hemos visto del mundo judicial los últimos días es más necesario que nunca blindar la separación de poderes, concretamente en lo que hace referencia la no injerencia de los jueces en la vida política.Por cierto si no se dan prisa en aplicar la amnistía, quizá sean los tribunales europeos quienes enseñen la tarjeta roja a las altas instituciones judiciales españolas por sus sentencias. Son muchas instituciones, empezando por la de derechos humanos de la ONU, quienes ya han emitido contundentes resoluciones.

Volvamos a lo que llaman “gobierno Frankestein”. El entendimiento de ocho formaciones distintas – unas de centro derecha, otras de izquierda – parece que es más que problemático, pero como casi no les queda más remedio que hacer de la necesidad virtud, por ello estoy convencido que la entente será duradera y unos por otros propiciarán a que se cumplan los pactos que se han firmado.

Pedro Sánchez tiene la gran oportunidad de “arreglar” el país, pero para ello haría bien en atender la advertencia de un político catalán que señalaba que “la prudencia no nos haga traidores”. En sus manos tiene una gran oportunidad.