¿Cuáles son los tipos de formación empresarial, sus ventajas y desventajas?

19/11/2023

diarioabierto.es. Uno de los objetivos de las empresas para con sus empleados es no dejar que sus conocimientos se estanquen.

Para ello, existen distintos tipos de formación empresarial que se pueden utilizar con el propósito de que todo el equipo humano amplíe sus conocimientos y esto tenga una repercusión positiva para la propia empresa. Aquí puedes leer consejos para elegir un software de formación si apuestas por el entorno digital para ello.

Se ha demostrado que invertir tiempo y presupuesto en los distintos tipos de formación en la empresa es clave en el medio, corto y largo plazo: se actualizan prácticas obsoletas, se mejoran las competencias, se adquieren nuevas habilidades…

Además de ello, distintas experiencias a lo largo del tiempo evidencian que la formación aumenta la productividad, mejora el ambiente laboral,  reduce gastos por errores e incluso elimina la necesidad de supervisión directa.

Con todos estos puntos a favor de incluir estas experiencias en el día a día de un proyecto empresarial, conviene conocer los distintos tipos de formación empresarial existentes en la actualidad para seleccionar los más interesantes, dependiendo de las características de cada proyecto.

Formaciones en la empresa según la gestión

Las administraciones públicas son muy conscientes del valor añadido que suponen los cursos para el tejido empresarial del país. Es por esto por lo que dedican parte de sus recursos económicos para ayudar a las compañías a soportar el gasto que supone y, por tanto, que no resulte tan complejo para ellas invertir en el aprendizaje de sus trabajadores.

Conforme a esta realidad existen dos tipos de cursos principales, si se dividen en relación con el método por el cual se gestionan: cursos de formación bonificada y cursos de formación subvencionada.

Cursos de formación bonificada

Este tipo de experiencias también son conocidas como formación programada. Se trata de aquellas sesiones formativas que son impulsadas por la propia empresa, con el objetivo de mejorar las capacidades de sus empleados, atraer talento externo, etc.

¿Existe algún beneficio económico para las compañías que optan por esta fórmula? Sí. En la actualidad, al cotizar con este concepto en la Seguridad Social por parte de cada uno de los asalariados, el empresario tiene derecho a una cuota para financiar dicha formación.

Dicho de otro modo,  las empresas asumen el coste del taller o curso en el momento en el que se lleva a cabo, para posteriormente obtener beneficios fiscales a la hora de liquidar impuestos, a través de bonificaciones en las cotizaciones.

Obviamente, la cantidad que se puede dedicar a los distintos tipos de formación empresarial no es infinita,  dependerá de la cantidad de personas en plantilla, así como el importe que la empresa ha dedicado a formación durante el ejercicio fiscal anterior.

Cursos de formación subvencionada

En los cursos de formación subvencionada ocurre lo contrario, son planteadas por la propia Administración a través del ministerio y las consejerías de trabajo de cada comunidad autónoma.

Se trata de formaciones dirigidas a asalariados y a autónomos que, a través de empresas especializadas, se ponen al servicio de las empresas y los trabajadores en distintos puntos del país y en varias ediciones al año.

Se trata de cursos gratuitos a los que cualquier persona que cumpla los requisitos se puede apuntar, sin tener que notificar nada a nadie y que abordan una gran cantidad de temáticas diferentes: ofimática, tecnologías digitales, idiomas o incluso logística y estrategias de gestión de equipos.

Formación empresarial según el método de enseñanza

¿Cómo introducir estos cursos en el día a día de las empresas? Muchos directivos no saben de qué manera encajar la formación en los apretados horarios de sus trabajadores. Por ello, a lo largo de los años han surgido distintas fórmulas de tipos de formación empresarial para que cada persona o compañía pueda adaptarse sin problemas y no deje pasar esta oportunidad de crecer y mirar al futuro.

También existen métodos de enseñanza distintos, desde los oficiales hasta los que surgen de manera orgánica en el seno de la actividad diaria.

Formación interna

La formación interna permite que los trabajadores concilien su tiempo en la empresa con el estudio, de manera que no tienen que dedicar tiempo extra que le roban a su familia o a las horas libres.

Parte de la propia dirección, que considera vital que los empleados dediquen temporalmente unas horas de su jornada a estas tareas de aprendizaje, con el objetivo de que luego repercutan en la propia actividad de la compañía.

Formación colaborativa

La formación colaborativa utiliza los propios recursos de la empresa en cuanto a capital humano.

En toda compañía hay profesionales con más experiencia o conocimientos que el resto en un campo concreto.

En este sentido, a través de reuniones, emparejamientos en el desempeño de las actividades o incluso eventos extraordinarios, los que mayores habilidades atesoran las transmiten al resto.

Este tipo de formación ofrece muy buenos resultados, ya que genera un excelente ambiente de trabajo y, además, ayuda a estrechar lazos entre compañeros, de manera que todo funciona con mayor fluidez.

Formación continua

La formación continua exige una mayor coordinación por parte de la dirección de las empresas.  En este escenario, se plantea un proceso de aprendizaje duradero en el tiempo, de manera que la plantilla verá cómo parte de su tiempo de trabajo semanal, mensual o trimestral se invierte, año tras año, en aprendizajes clave para su desempeño profesional.

Esta se puede administrar mediante distintos cursos de bloques temáticos planteados por la dirección o incluso a través de grandes planes que centros de formación ya tienen preestablecidos para las empresas, dependiendo del sector al que pertenezcan y de cuáles sean sus necesidades.

Formación online

La más flexible de todas las fórmulas existentes es la formación online. Las capacidades técnicas actuales permiten que el aprendizaje se lleve a cabo a través de cursos impartidos en plataformas digitales, con campus perfectamente diseñados para sacar el mayor provecho de cada taller.

Este método es muy cómodo porque no implica desplazamientos ni requiere, en muchos casos, que el trabajador abandone su puesto: basta con acceder a la plataforma online desde la mesa de trabajo y dedicar unos minutos al día a la formación.

Todas estas opciones demuestran la importancia de no quedarse anclado en el pasado; aprovechar los distintos tipos de formación empresarial es la mejor fórmula para diferenciarse de la competencia con una plantilla de trabajadores competente, actualizada y con ganas de seguir avanzando en su desempeño profesional.

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