Entre la irritación de la “derecha reaccionaria”, como la calificó Pedro Sánchez durante el debate parlamentario, y las soflamas de trazo grueso de sus líderes políticos, Alberto Núñez Feijóo y Santiago Abascal Conde, el secretario general del PSOE salió elegido presidente del Gobierno para los próximos cuatro años. Si el candidato del PP, Feijóo, fracasó en su intento y solo obtuvo los votos de la ultraderecha y los dos de UPN y CC, el dirigente socialista aborda su segundo mandato con el respaldo de su propio partido más el de Sumar y las formaciones nacionalistas vascas, catalanas y los dos votos del BNG y Coalición Canaria: 179 votos (12,6 millones de votantes), una mayoría absoluta que permitirá aprobar la medida de gracia por antonomasia, la amnistía, a todos los encausados por el proceso independentista catalán que comenzó en 2012 y eclosionó en 2017 con un referendo ilegal que según el entonces presidente del Gobierno y líder del PP, Mariano Rajoy Brey, nunca se iba a celebrar.

Esa medida de gracia, reclamada por ERC y Junts per Cataluña (el partido del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont) como condición sine qua non para votar favorablemente a Pedro Sánchez, también es una herramienta esencial para seguir construyendo convivencia y concordia en el marco de la Constitución, como reclama el 80% de la sociedad catalana. El candidato del PP, Feijóo, alardeó en su día de que también él podía adoptar esa medida, pero la descartó porque le parecía “muy cara”. Lo cierto es que cuando soltó aquella afirmación ya estaba atrapado por sus pactos con la ultraderecha. Ahora, en su discurso contra la investidura de Sánchez, Feijóo, el líder que basó su programa en “derogar el sanchismo”, acusó a Sánchez de “fraude electoral” y reclamó nuevas elecciones. Su aliado ultra, Abascal, fue más lejos al comparar al presidente en funciones con Hitler y calificar la investidura de “golpe de Estado”. Ya antes del fracaso de Feijóo y su cogobernante neofascista en cinco ejecutivos autonómicos y en decenas de ayuntamientos, los dos políticos y sus mentores, incluidos el millonario señor Azar y la super rica señora Aguirre, venían agitando la calle con sus seguidores de “ley y orden”. Y en las algaradas, el ruido y la presión prometieron perseverar.

Del programa de gobierno expuesto por Sáchez y basado en ocho ejes vale la pena destacar las medidas económicas y sociales orientadas, dijo, a “mejorar la vida de los españoles y darles una vida más plena”. En ese sentido reafirmó la decisión del nuevo Gobierno de coalición progresista que formará con Sumar, de reforzar el Estado del bienestar, para lo que será menester aumentar los impuestos a las grandes fortunas y las grandes empresas. “Esa opinión es tan mayoritaria –dijo– que es preponderante incluso entre los votantes de derechas. Sin embargo, allí donde gobiernan PP y Vox hacen justo lo contrario. Eliminan el impuesto de sucesiones a quienes heredan más de un millón de euros, impugnan un impuesto sobre el patrimonio que solo afecta a quienes tienen más de 3 millones de euros y al mismo tiempo saturan los servicios sanitarios y dejan a miles de niños sin plaza en las guarderías y colegios públicos”.

Sánchez, que adelantó el objetivo fiscal del 15% en el impuesto de sociedades a las grandes empresas, anunció la presentación del nuevo Estatuto de los Trabajadores para, entre otras cosas, blindar la subida del salario mínimo de modo que no baje del 60% del salario medio. A ello se sumará la reducción progresiva de la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales sin menoscabo de la productividad. Contra la pérdida de poder adquisitivo de salarios y pensiones prorrogará hasta junio de 2024 la reducción del IVA de los alimentos. Y asimismo anunció que desde el 1 de enero de 2024 el transporte público será completamente gratuito para las personas desempleadas y los jóvenes. La creación de mejores puestos de trabajo gracias a los Fondos Europeos y a la transición ecológica también ayudarán a conseguir esta meta de mejora del poder adquisitivo.

En Sanidad el futuro Gobierno ayudará a las CCAA a reducir las listas de espera de sus sistemas sanitarios y mejorará la atención primaria. También se ampliará la cartera del Sistema Nacional de Salud incorporando odontología y oftalmología para menores. Propuso un pacto de Estado por la salud mental, lo que implicará mayor plantilla de psicólogos y psiquiatras en la sanidad pública. En Educación se aumentarán las becas comedor y las universitarias, se reducirán las tasas educativas y se hará un esfuerzo por traer de vuelta a los investigadores que tuvieron que dejar el país. Por otro lado, las pensiones seguirán revalorizándose en relación al IPC y cada año se inyectarán 5.000 millones de euros en la hucha de las pensiones. En materia de vivienda, el bono alquiler joven se prorrogará junto a los avales de hasta el 20% de las hipotecas así como la construcción de 183.000 viviendas en régimen de alquiler asequible. En materia energética anunció el objetivo de alcanzar en esta década un 50% de la energía limpia y autogenerada.

Pedro Sánchez quiere que España siga siendo también un referente internacional en Igualdad. La Ley de Representación Paritaria que no se pudo aprobar en la anterior legislatura será una realidad en la actual. Asimismo el presidente del Gobierno se ha comprometido a que “por cada euro que retiren los Gobiernos de PP y Vox, nosotros aportaremos diez” en esta materia. Otro importante anuncio ha sido el de acabar con la prescripción de la responsabilidad civil en los delitos de agresión y abusos sexuales. En este punto citó a la Iglesia Católica para pedirle que arrime el hombro en la compensación del daño a las víctimas y la erradicación de la pederastia.

El presidente quiso ser pedagógico al explicar que las democracias han de responder con “seguridad” a las “duras realidades de la gente de a pie” y a los retos que afronta el mundo. Retos como el cambio climático, la desigualdad creciente o la ola reaccionaria. En este sentido consideró conveniente levantar “un muro de democracia” en lugar de “dar un salvoconducto a la ultraderecha” como ha hecho el PP con Vox, y prometió responder “con justicia social” a las medidas clasistas y retrógradas que ya están aprobando en el ámbito local y autonómico. Lamentó que el PP haya sido parasitado por Vox hasta ser difícilmente distinguibles el uno del otro. Ese camino se consumó en las elecciones del 28 de mayo. Frente a las opciones que cuestionan las instituciones y las reglas del juego democrático, quiso dejar claro que “mientras sea presidente del Gobierno, toda la fuerza del Estado se dedicará a defender los valores de la democracia y la igualdad. Los valores y principios de la Constitución española”. Y se mostró enérgico en defensa de los derechos y libertades: “Ni un solo retroceso, ni una sola involución, ni un paso atrás contará con el beneplácito ni con la indiferencia del gobierno de España. Ninguno”.