El candidato socialista a la presidencia del Principado de Asturias, Javier Fernández, lo tiene muy claro. Las centrales térmicas de carbón seguirán funcionando en el futuro porque económicamente es recomendable y porque se está hablando de una cantidad relativamente pequeña de carbón a quemar, 10 millones de toneladas, lo que no representa un alto grado de contaminación atmosférica.

Javier Fernández afirma que la oposición al decreto de ayudas al carbón no es general en todo el sector eléctrico, “Hidrocantábrico no solo no lo ha recurrido sino que ha argumentado justo lo contrario que otras eléctricas, y E.On (que adquirió activos a la antigua Endesa) tampoco parece apoyar el recurso”, y que en todo caso se seguirá generando electricidad mediante la combustión de carbón. Para Fernández el problema es que en pocos años se ha pasado de no haber ciclos combinados de gas y apenas nuevas energías renovables a una situación en la que hay una importante sobrecapacidad instalada.

Otra cosa es la procedencia de dicho carbón. Si es nacional o importado. Lo que es seguro es que carbón de terceros países seguirá llegando a España en el futuro, dados sus precios relativos. Más complejo es que las explotaciones mineras españolas puedan ofrecer carbón a precios competitivos cuando se acaben las ayudas ahora aceptadas con carácter general por la Unión Europea.

El candidato a presidir Asturias quitó importancia a este hecho para la propia economía asturiana al señalar que en la actualidad hay apenas 4.000 trabajadores en las minas asturianas cuando hace 10 años la cifra superaba las 24.000 personas. El problema es, según Fernández, como conseguir que las comarcas mineras, donde la actividad sigue girando en torno al carbón, evolucionen para prepararse para el futuro.

Fernández se mostró contrario a suprimir el impuesto de sucesiones y donaciones porque en su opinión en la situación actual no se pueden bajar los impuestos.

En el terreno estrictamente político el candidato socialista afirmó que un partido que no puede gobernarse a sí mismo, en alusión a los profundos enfrentamientos existentes en el seno del Partido Popular asturiano que aún no ha elegido candidato a la presidencia  del Principado, difícilmente puede gobernar una comunidad autónoma tratando así de descalificar al oponente.