La supersubasta del BCE siembra dudas sobre la salud de los bancos

21/12/2011

Salvador Arancibia. Una vez más las noticias positivas se mezclan con las negativas y el resultado es una amalgama difícil de interpretar. La subasta del BCE a tres años ha inundado de liquidez a la banca europea, a una parte de la misma, en el mismo momento en que Funcas advertía de que el déficit español puede escalar hasta el 8% del PIB en 2011 necesitándose, por tanto, un esfuerzo de más de 40.000 millones de euros.

El Banco Central Europeo ha cubierto todas las expectativas de una parte importante de los bancos de la euro zona. Ha prestado casi 500.000 millones de euros a tres años, lo que, según algunos expertos, puede significar que prácticamente han desaparecido los problemas de liquidez de la banca europea para este periodo y que, además, puede que haya ayudado también a mejorar de forma importante la cuenta de resultados de las entidades.

Al lado de ese aspecto positivo existe otro difícil de entender. A la última subasta a un año que realizó el BCE acudieron más de 1.000 entidades, y por una cifra global mucho menor. A la celebrada a tres años han acudido menos de la mitad de las entidades y eso que tanto el propio BCE como los bancos centrales de los países miembros del euro habían hecho saber a las entidades que “perdían la estigmatización” derivada del hecho de pedir dinero al BCE.

Y no se sabe a que ha obedecido la decisión de las entidades de acudir en menor número que en ocasiones anteriores cuando ahora parecía oportuno y además ayuda de forma evidente a mejorar la cuenta de resultados de las entidades. Efectivamente, tomar dinero prestado del BCE a tres años supone pagar el 1% por ese dinero, ofreciendo como garantía activos de buena o mediana calidad, porque el BCE rebajó las exigencias de los llamados colaterales. Eso significa que la mera sustitución de pasivo bancario caro por otro al 1% rebaja los costes financieros de forma significativa.

El dinero no utilizado para sustituir financiación cara por otra más barata puede colocarse, de hecho ya se ha hecho en los últimos días, en títulos de deuda soberana, sin riesgo, con una remuneración bastante más alta por lo que el margen intereses por eso lado también aumenta durante el periodo que los bancos tengan la deuda pública en sus carteras. De hecho, algunas entidades españolas señalaron días antes que acudirían a la subasta del BCE.

Es lo que se ha hecho desde que se anunció la decisión el BCE de proporcionar liquidez ilimitada a tres años y de ahí la fuerte demanda de deuda, española pero también de otros países, en las subastas que los diferentes tesoros han ido realizando y cuya última manifestación fueron las realizadas por el Tesoro español de letras y obligaciones a todos los plazos y que contabilizaron descensos de los tipos de interés muy significativos.

Adicionalmente, el BCE con la apertura del grifo para las entidades privadas elude la necesidad de seguir actuando en el mercado secundario de deuda para aflojar las tensiones en las primas de riesgo ya que, al haber una sobredemanda en el mercado primario, éstas se relajan hasta colocarse en niveles más razonables.

No obstante, y como los inversores tratan de darle una vuelta más a las situaciones, resulta que la constatación de que la mayoría de la banca europea no va a tener problemas de liquidez en el futuro, con los vencimientos de 2012 y 2013, no ha acabado de convencer a los mercados. Es verdad que han acudido menos entidades de las que se pensaba lo iban a hacer y que por el contrario las cantidades demandadas han superado con creces las expectativas. Ello solo puede suponer, señalan algunos operadores, que la situación interna de algunas entidades es mucho peor de lo esperado y que por eso han acudido a solicitar dinero en mayor cantidad de la esperada. Ello explicaría que la cotización de los bancos en las bolsas europeas se haya resentido de forma sensible y que se hayan teñido de rojo  los índices.

Para acabar de redondear la situación, la fundación de las cajas de ahorros ha señalado que lo razonable es que en el conjunto de 2012 la economía española se mantenga en recesión, con una caída media de medio punto en el año, y que ello se deberá entre otras cosas a que el Estado deberá hacer un esfuerzo mayor del anunciado en el debate de investidura por Mariano Rajoy.

Ángel Laborda, economista de Funcas, ha señalado, en unas jornadas organizadas por los promotores inmobiliarios madrileños, que a la luz de los datos de evolución del déficit público del Estado hasta noviembre, es razonable pensar que el déficit del conjunto de las administraciones públicas termine 2011 en una cifra cercana al 8%, y no en el 6% como es el compromiso adquirido con la Unión Europea, lo que implicará que, para cumplir con el objetivo de reducción del déficit en 2012 se necesitarán no 16.500 millones de euros como anunció Rajoy sino una cantidad mucho más cercana a los 40.000 millones de euros.

El hecho de que se tenga que poner en marcha un programa de ajuste de ese calibre tendrá, en opinión de Funcas, un impacto contractivo muy fuerte, cuya manifestación más evidente será que seguirá aumentando el desempleo de forma importante, sumándose al 12% de destrucción de empleo que la economía española ha registrado desde el inicio de la crisis.

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