Una demanda presentada por fiscales generales de 33 estados de EEUU ha sacudido a Meta, propietaria de Instagram, por presuntamente permitir el acceso de menores de 13 años a la plataforma, incumpliendo las regulaciones de privacidad y seguridad infantil.

Desde 2019, Meta ha recibido más de 1,1 millones de informes sobre cuentas de usuarios menores de 13 años en Instagram, la edad mínima requerida para registrarse. Sin embargo, la compañía solo ha inhabilitado una fracción de estas cuentas, permitiendo que los menores continúen interactuando en la red social.

La demanda alega que Facebook e Instagram han tenido un profundo impacto negativo en la salud mental y social de la juventud estadounidense al exponerlos a contenidos dañinos relacionados con trastornos alimenticios, acoso y promover un uso excesivo de la plataforma.

Los detalles de la demanda, obtenidos de correos electrónicos internos y presentaciones de la empresa, revelan que Meta ha incumplido la ley de privacidad infantil al recopilar información personal de menores, como su ubicación y dirección de correo electrónico, sin consentimiento parental.

A pesar de conocer la existencia de millones de cuentas de menores, Meta supuestamente ha fallado en implementar sistemas de detección efectivos debido a la importancia de este grupo de usuarios para la empresa.

La demanda también señala que Meta ignoró información sobre cuentas de menores obtenida a través de reportes de empresas, a menos que estas cuentas tuvieran biografías o fotos explícitas de los usuarios menores.

Respuesta de Meta

En respuesta, Meta ha defendido su compromiso con la seguridad de los adolescentes en sus plataformas, afirmando que los términos de uso prohíben el acceso a menores de 13 años y que implementan medidas para inhabilitar estas cuentas, aunque califican el proceso como «complejo».

La empresa ha refutado la acusación de la demanda, argumentando que esta distorsiona su labor al utilizar información selectiva y documentos específicos.

Este enfrentamiento legal entre los fiscales y Meta arroja luz sobre una preocupación creciente sobre el manejo de la privacidad y seguridad de los menores en las redes sociales y sus posibles repercusiones en su bienestar psicológico y social.