La IA generativa revoluciona la educación superior

29/11/2023

diarioabierto.es. La escuela de negocios OBS propone hacer una reflexión profunda sobre los pilares que conforman ese nivel de la enseñanza.

El OBServatory de OBS Business School, institución perteneciente a Planeta Formación y Universidades, publica el informe ‘La inteligencia artificial en la educación superior’. Dirigido por el profesor Mariano Hernández y el responsable de investigación de la escuela, Carlos Gonzalo, este trabajo analiza la transformación que la inteligencia artificial (IA) está impulsando en la educación superior, los desafíos asociados y las oportunidades que presenta.

El uso de la IA no es nuevo en la enseñanza superior. Ya se utiliza desde hace
tiempo para la automatización de tareas y la personalización del proceso de aprendizaje; sin embargo, la irrupción de la IA en su modalidad Generativa está revolucionando aspectos que hasta ahora no se habían concebido dentro de las aulas: por un lado, interfiere de forma directa en el proceso de aprendizaje del alumno y en la metodología educativa; por otro, en términos de competencias tecnológicas de los profesores.

Se trata de un reto que ha calado en la Universidad y la ha llevado a buscar nuevos métodos de enseñanza y a entender el comportamiento de los alumnos de una forma más amplia, así como a adaptar los programas académicos.

El interés de la sociedad por la IA en el ámbito educativo ha crecido exponencialmente en los últimos meses, desde la aparición de la IA Generativa. En Estados Unidos se ha pasado de un promedio de 2.300 búsquedas mensuales entre 2019 y 2022 a 13.700 entre enero y septiembre de este año, un incremento de más del 500%. Tendencias similares se aprecian en el Reino Unido, Australia, España, México, Colombia, Paraguay, Portugal y Brasil, con aumentos de entre el 440% y 650%. Claude.ai
afirma que el crecimiento abrupto a partir de 2023 sugiere que la IA educativa podría volverse mainstream este año.

Si la IA ya era capaz de analizar imágenes, proponer soluciones a problemas y desarrollar tareas de forma casi indistinguible al ser humano, ahora, además, el responsable de las acciones de la IA para la personalización del aprendizaje ya no es la institución, es el alumno. Ello ha provocado gran preocupación en el entorno académico, pues la IA Generativa podría desalinearse con los valores humanos y convertirse en un peligro. Todavía resuena en el entorno académico el experimento fallido de Microsoft con su bot en Twitter y su deriva al pensamiento radical. Además,
en las instituciones académicas y educativas preocupa que el uso generalizado de esta herramienta pueda afectar también a la relación alumno-profesor, al perder este el respeto de los estudiantes.

También preocupa la falta de políticas institucionales sobre el uso de la IA Generativa, ya que su desarrollo ha sido más rápido que las medidas reguladoras. El informe de OBS afirma que “si los riesgos derivados de esta tecnología no se gestionan de forma conveniente, pueden dar lugar a resultados no esperados en cuanto al propio proceso de aprendizaje, la permeabilidad del conocimiento en los estudiantes y la autoría de los trabajos”.

Lo cierto es que estamos ante uno de los momentos más enigmáticos y excitantes en el uso de la tecnología en la educación superior, y las instituciones no pueden mirar a la herramienta solo como un paso evolutivo que impactará en sus procesos académicos y burocráticos, como ocurrió con la Inteligencia Artificial tradicional. Su crecimiento es tan enorme que es posible que las inversiones dirigidas a hacer que la IA Generativa sea más inteligente y capaz puedan llegar a superar las inversiones dirigidas a educar a personas. Por tanto, las instituciones educativas deben plantearse un camino de transformación que analice en detalle las ventajas y las adopte para mejorar su competitividad y el nivel formativo de los alumnos.

Cómo actúa la IA Generativa en la educación superior

La IA Generativa puede actuar como guía, ofreciendo sugerencias al alumno cuando este duda o no es capaz de resolver una tarea específica; para ello ya existen herramientas como ANDES, desarrollada por el equipo de Kurt VanLehn en la Universidad de Pittsburg y que ha demostrado su eficacia en la Academia Naval de los Estados Unidos.

La IA Generativa también se puede utilizar para evaluar las fortalezas y debilidades del estudiante a través de la comparación de sus respuestas con una matriz de habilidades previamente configurada; algunos ejemplos son Tol (Test on Line), de la Universidad Politécnica de Milán, y CELLA (Comprehensive English Languaje Learning Assesment),
que evalúa las competencias lingüísticas y estima el potencial en el dominio del idioma.

Una tercera utilidad es como agente mediador, pues facilita la interacción y obtención de los objetivos de un grupo con ejemplos como DEBBIE (DePauw Electronic Blackboard), desarrollado a comienzos de la década del 2000 en la Universidad Depauw.

Son múltiples las ventajas de esta tecnología, sin embargo, también despierta serias dudas dentro del ámbito educativo. Por un lado, por la inmediatez y facilidad de acceso a la información, que podría minorar el proceso creativo propio, así como la capacidad crítica del estudiante. También porque el acceso a la información sin esfuerzo podría provocar una falta de consolidación del aprendizaje.

Para reducir estos riesgos, OBS Business School ya incluye tareas específicas donde se pide al estudiante que emplee Inteligencia Artificial Generativa para luego realizar una crítica a las respuestas obtenidas.

“No se puede luchar contra corriente, y ésta es una forma de que el alumno adquiera una competencia digital nueva a la vez que desarrolla el pensamiento crítico”, afirma el profesor Mariano Hernández. Y es que la inacción, así como esperar a que la tecnología esté más madura para tomar decisiones en cuanto a su integración en los centros, no es una alternativa viable, pues en poco tiempo se pueden haber consolidado usos y aplicaciones no deseados y de difícil gestión a posteriori, asegura el informe.

Por otro lado, la IA Generativa también obliga al docente a mejorar sus competencias digitales y a incluir en el proceso educativo habilidades como el pensamiento
crítico que, en un entorno académico más tradicional, podrían quedar fuera de las competencias de la asignatura.

Es evidente que esta tecnología toca los cimientos de la educación superior y que la opción de no evolucionar ya no es plausible, aunque algunos estudios demuestran que el 80% de los docentes no está de acuerdo con su introducción como apoyo a la docencia. De una enseñanza superior que velaba por la igualdad de oportunidades en un sistema de aprendizaje más o menos basado en el mérito académico, se ha pasado al momento actual, que compromete dicho estatus con una tecnología capaz de igualar al alumno y al docente. Y con algunos riesgos añadidos como son la posibilidad de plagio, la integridad académica y la seguridad.

“El reto para las instituciones es grande, pero es importante no dejarse llevar por la tecnificación o la moda y hacer una reflexión profunda sobre los pilares que conforman la educación superior, manteniendo el balance entre competitividad y sobriedad académicas”, concluye el informe.

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