En los últimos años, las tasas de empleo de la población con edades cercanas a la jubilación han aumentado en la mayoría de los países europeos. También se han incrementado las edades efectivas de jubilación, «una dinámica que se espera
que continúe en las próximas décadas», según el análisis El estado de salud de la población en edad de jubilación: una primera aproximación , elaborado por Laura Crespo, Angela Denis, y  Juan Francisco Jimeno, del departamento de Análisis Estructural y Estudios Microeconómicos del Banco de España.

Para el conjunto de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la edad media de jubilación para un hombre cuya carrera laboral se inició a los 22 años era de 64,2 años en 2020, mientras que se estima que esta edad aumentará hasta los 66,1 años para quienes iniciaron su carrera laboral en 2020.

Al mismo tiempo, se espera que, entre 2020 y 2060-2065, la esperanza de vida a los 65 años aumente de 18,1 a 22,5 años para los hombres y de 21,3 a 25,2 para las mujeres. El incremento medio en la edad de jubilación previsto para los próximos 40 años supondrá en torno a la mitad del incremento medio en la esperanza de vida a los 65 años.

En este contexto, es importante considerar el estado de salud de las personas en edad avanzada, dada su relevancia como determinante de la oferta de trabajo y de la decisión sobre su jubilación, especialmente en ocupaciones que requieren
capacidades físicas y mentales elevadas.

Destaca la prevalencia de enfermedades crónicas en la mayoría de los países europeos, que aumenta considerablemente con la edad. En Suiza la prevalencia de enfermedades crónicas es del 23% entre la población masculina de 55-64 años y aumenta al 41% en el grupo de 65-69 años. En el caso de España, que se sitúa en una posición intermedia, los porcentajes son del 38% y el 53%, respectivamente. Pero las mujeres españolas de 65-69 años presentan la mayor prevalencia de este tipo de enfermedades entre los países de la muestra, situándose por encima del 60%.

En cuanto a la incidencia de limitaciones de movilidad, la prevalencia es
menor que en enfermedades crónicas. Entre los hombres
de 55-64 años, la más elevada se observa en Polonia (alrededor del 20%), mientras que España presenta una posición intermedia (alrededor del 10%). Las mujeres presentan una mayor prevalencia de limitaciones de movilidad.

La prevalencia de depresión se sitúa por debajo de enfermedades crónicas, pero por encima de la de limitaciones de movilidad. Se observa una mayor prevalencia de depresión en las mujeres tanto de 55-64 años como de 65-69 años. En el caso de España, los hombres españoles de 55-64 años sufren este tipo de enfermedades con la prevalencia más baja (7,2%), mientras que las mujeres de 55-64 años presentan una prevalencia relativamente elevada (28,9%).

En general, y considerando los tres indicadores conjuntamente, se observa que los países con peores indicadores de salud son los de Europa central y Europa del Este (Polonia y Estonia).

La conclusión del estudio es que » aunque las tendencias generales apuntan a
una mayor longevidad y a una mejor salud de la población, la prevalencia de determinados problemas de salud en la población con edades cercanas a la jubilación podría suponer una limitación de cara a alagar la vida laboral de este colectivo».