Los coches de segunda mano son una opción interesante para quienes consideran que adquirir un coche siempre es, económicamente hablando, una apuesta a caballo perdedor y para aquellos cuya capacidad económica es limitada.
Ahora bien, este tipo de conductores disponen de dos opciones: decidirse por un coche seminuevo (se encuadran dentro de esta categoría aquellos vehículos con menos de 5 años y pocos kilómetros rodados) o por un vehículo de cierta antigüedad o kilometraje, siempre que este se encuentre en buen estado.
Desde el punto de vista de la cartera o el bolsillo, es preferible la primera opción. En las siguientes líneas explicamos la razón que avala esta afirmación:
Los coches de menos de 5 años ofrecen la mejor relación entre precio y antigüedad del vehículo
Adquirir un coche de segunda mano siempre supone un notable ahorro, y muy cierto es que ese ahorro será mayor si el adquirente opta por un coche de más antigüedad.
Pero las estadísticas y los datos no mienten: según un pormenorizado informe de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios), los coches nuevos pierden entre el 20 y el 30 % de su valor una vez que ha transcurrido el primer año desde su primera matriculación.
Esta misma organización indica que la depreciación media a los 5 años se sitúa entre el 40 % y el 60 %, según el modelo y los kilómetros recorridos. A partir de ahí, la depreciación media no supera el 7 % o el 8 % anual.
¿Y cuál es la interpretación práctica de esos datos? Veámoslo con un supuesto numérico. Para ello, hemos aplicado los porcentajes indicados por la OCU a un modelo nuevo cuyo precio de concesionario es de 40 000 euros.
Veamos cuánto costará este coche en años sucesivos:
- Con 1 año de antigüedad: en torno a 30 000 euros.
- Con 5 años de antigüedad: en torno a 20 000 euros.
- Con 10 años de antigüedad: en torno a 13 000 euros.
En el supuesto se aprecia que el ahorro obtenido al quinto año es de 20 000 euros, respecto al precio del coche nuevo. Y en los cinco años siguientes, el ahorro es de solo 7000 euros, respecto del precio del coche a los cinco años de antigüedad.
Es decir, los vehículos pierden la mayor parte de su valor en los 5 primeros años.
El único inconveniente
Con un coche seminuevo también se corre el riesgo de que el vehículo presente alguna avería o tenga vicios ocultos. Pero eso se evita fácilmente, basta con revisar mecánicamente el coche antes de comprarlo y comprobar su historial de mantenimiento y reparaciones.
También conviene solicitar el informe de la DGT, a fin de verificar que el vehículo no tiene cargas ni embargos. Este informe, además, nos permite conocer otros datos interesantes, como puedan ser:
- El número de propietarios anteriores.
- El resultado de las inspecciones ITV (si es que el coche ya ha tenido que pasarlas).
- Si el vehículo ha sido usado como vehículo de transporte de viajeros o de reparto de mercancías.
En definitiva, la compra de un coche usado con menos de 5 años de antigüedad es la mejor opción para ahorrar, siempre y cuando se compruebe previamente el estado mecánico del vehículo y su historial previo.
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