El análisis Pérdidas de ingresos y de empleo durante la pandemia de COVID-19 y situación financiera de los hogares: evidencia de la EFF, elaborado por Laura Crespo, Marina Gómez-García, Blanca Rivera, y Ernesto Villanueva, del departamento de Análisis Estructural y Estudios Microeconómicos del Banco de España, y Pau Jovell, de The Batlle Group, muestra que entre 2019 y finales de 2020, se observan caídas heterogéneas de los ingresos laborales entre los afectados por expedientes de regulación temporal de empleo, despidos o cierres de negocios, si bien
las ayudas públicas mitigaron las más acusadas.

Entre 2017 y 2020, la caída relativa del gasto en bienes no duraderos entre seis y diez puntos superior en la población afectada por estas circunstancias, condicionada por un aumento generalizado de la incertidumbre sobre la evolución futura de sus ingresos, respecto a los demás.

Además, sufrieron mayores aumentos de su nivel de endeudamiento y menores incrementos de su riqueza neta aquellos cuya pérdida de empleo o de ingresos fue más prolongada, frente a los no afectados.

Un 28% de los españoles de entre 18 y 64 años y activos laboralmente experimentaron
alguna pérdida de empleo o caída de ingresos durante la pandemia. Entre el 28% de los afectados, la mitad las sufrieron durante más de seis meses.

Un 44% de los afectados se enfrentaron a suspensiones temporales de contrato a través de un ERTE, un 26% sufrieron pérdidas de empleo por despido o cierre de negocio y el 30% restante experimentaron caídas temporales totales o parciales de renta no asociadas ni a ERTE ni a pérdidas de empleo6

Mientras que las pérdidas de empleo tuvieron mayoritariamente duraciones superiores a seis meses, las suspensiones de contrato cubiertas por un ERTE tuvieron principalmente duraciones de menos de seis meses.
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Entre quienes experimentaron pérdidas temporales de ingresos laborales pero mantuvieron su empleo, se observa un porcentaje similar de duraciones de más y menos de seis meses.