El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, reclama una evaluación constante de los proyectos financiados con los fondos europeos Next Generation EU. Incluso asegura que si esta evaluación supusiera algún retraso en el uso de estos recursos, sería un tiempo y un esfuerzo “bien empleado”.

Alerta del “retraso” de España en relación con la evaluación, pero espera que iniciativas encaminadas a la institucionalización de la evaluación de políticas públicas ayuden a superar las deficiencias del aparato administrativo español para que el diseño de programas públicos incorpore la evaluación previa, al menos, una a posteriori sistemática.

“Estas carencias limitan no solo la capacidad propia de la Administración Pública para realizar evaluaciones rigurosas, sino también el completo aprovechamiento de los recursos», argumenta en el artículo ‘El economista y las políticas: el ejercicio de una disciplina que (nos) disciplina’, publicado en la revista ‘Economistas’ del Colegio de Economistas de Madrid.

Pero no se trata solo de carencias en el sector público, ya que también en el sector privado o en la sociedad civil, las instituciones y los foros dedicados a la evaluación rigurosa de políticas públicas en España son escasas en comparación con otros países del entorno, y además sus opiniones tienen escasa influencia en el debate público.

Los organismos públicos independientes “pueden y deben” desempeñar un papel relevante para aportar rigor e imparcialidad en las evaluaciones de las políticas públicas.

“En el Banco de España estamos comprometidos con esta cultura de la evaluación, tanto a través de la función de asesoramiento al Gobierno que nos atribuye nuestra Ley de Autonomía como de la evaluación de nuestras propias actuaciones mediante un programa de evaluaciones externas”, resalta el gobernador

El potencial de mejora en el proceso de toma de decisiones sobre políticas públicas en España es significativo, y de ésta pueden beneficiarse tanto el poder ejecutivo, a la hora de diseñar y aplicar las políticas públicas, como el poder legislativo, en su papel de control al Gobierno.

Ese potencial de mejora en la formulación de las políticas públicas adquiere una dimensión aún mayor en el contexto actual, teniendo en cuenta la repercusión y el impacto de los fondos europeos.

“En un contexto en el que se requiere alcanzar un impacto duradero para propiciar la transformación estructural, la evaluación constante de los proyectos financiados con dichos fondos es la respuesta más eficaz para alcanzar este objetivo y para reforzar los necesarios mecanismos de control del dinero público”, recalca el gobernador del Banco de España.

La evaluación constante facilita la experimentación con nuevos proyectos transformadores y minimiza el peligro de seguir aportando recursos a proyectos atractivos a priori, pero que no rinden los resultados esperados.

“Es más, considero que, incluso si esto supusiera algún retraso en el uso de los fondos, sería un tiempo y un esfuerzo bien empleados”, insiste el gobernador del Banco de España, que defiende la conveniencia de que se contemple una extensión temporal en el uso de Next GenerationEU por parte de las autoridades comunitarias.

Para Hernández de Cos los fondos podrían emplearse también para mitigar los costes que las reformas estructurales, en ocasiones, acarrean para algunos colectivos a corto plazo, teniendo siempre en cuenta  los beneficios que generarían para el conjunto de la sociedad a medio y a largo plazo.