La entrada del Estado en Telefónica dispara los riesgos de injerencia política

20/12/2023

Miguel Ángel Valero. "La imagen y reputación de la empresa podrían verse afectadas, lo que podría impactar en la valoración de las acciones y la confianza del mercado".

Franco Macchiavelli, responsable de análisis de Admirals España, avisa que los riesgos asociados a la adquisición de acciones de Telefónica por parte de la SEPI y la posible influencia gubernamental plantean desafíos tanto para la estabilidad de la empresa como para los inversores.

«La intervención estatal y cambios en la estructura accionarial podrían generar inestabilidad en el precio de las acciones, afectando la rentabilidad de los inversores debido a la volatilidad del mercado. Además, la incertidumbre sobre la dirección estratégica de Telefónica, influenciada por el Gobierno, puede sembrar dudas sobre la rentabilidad a largo plazo de las inversiones», argumenta.

«Esta situación podría erosionar la confianza de los inversores debido a la posible injerencia política en las decisiones empresariales y la percepción de falta de autonomía de Telefónica. La imagen y reputación de la empresa podrían verse afectadas, lo que podría impactar en la valoración de las acciones y la confianza del mercado», advierte este experto.

«Los riesgos radican en la estabilidad accionarial de Telefónica, la influencia gubernamental en sus decisiones estratégicas y la volatilidad del mercado. Para los inversores, esto implica incertidumbre sobre el valor y la dirección futura de sus inversiones, así como la posible afectación de la rentabilidad esperada», insiste.

«La influencia de Telefónica como uno de los pesos pesados del IBEX 35 añade otra capa de complejidad a estos riesgos. Dado que Telefónica representa más del 4% del índice, cualquier impacto significativo en sus acciones podría tener repercusiones considerablemente amplificadas en el rendimiento general del IBEX 35. La volatilidad, la incertidumbre en torno a su estabilidad accionarial o los cambios en su dirección estratégica podrían influir notablemente en la fluctuación del índice bursátil, afectando así a un espectro más amplio de inversiones y a la confianza de los mercados tanto nacionales como internacionales en el IBEX 35 como referencia económica», subraya.

 Manuel Pinto, analista de XTB, destaca que Telefónica lidera las subidas del mercado durante la sesión, tras la confirmación de la adquisición del 10% de su capital social por parte de la SEPI: «En el corto plazo, creemos que es una magnífica noticia para los inversores, ya que muestra una confianza y seguridad en la empresa y su futuro plan estratégico. Además, afianza junto con BBVA y Caixabank la nacionalidad de los principales inversores de la compañía, mientras despeja de un plumazo las dudas sobre la posible compra del 10% de Saudi Telecom, que hubiera generado desconfianza sobre su independencia».

«Sin embargo, en el medio o largo plazo tenemos más dudas sobre sus posibles consecuencias, ya que con la entrada de capital público la empresa puede tener objetivos diferentes a los inversores privados, más centrados en la rentabilidad en el corto plazo, potenciar los ingresos o reducir los gastos, por lo que será clave la gestión diaria de la compañía y los posibles conflictos de interés», advierte.

«El año de Telefónica no está siendo especialmente positivo y desde enero ha quedado rezagada del selectivo nacional. De hecho, desde que se conoció la intención de Saudi Telecom sobre la compra del 10% de su accionariado ha sufrido una caída del 5% cuando el mercado se ha disparado al alza, y desde la publicación de sus últimos resultados y el anuncio del plan estratégico hasta el cierre de ayer corregía más
del 3%», apunta.

El objetivo del gobierno, al igual que ocurre con gran parte de los países del mundo, es incrementar y potenciar sectores estratégicos, como son las telecomunicaciones, la tecnología o la defensa y seguridad, de hecho, países como Alemania o Francia, mantienen niveles ligeramente superiores al 10% sobre compañías nacionales del sector. Los conflictos internacionales y la escalada de tensión geopolítica a
nivel mundial han generado un compromiso global de incrementar el gasto en este ámbito, «y el gobierno ha ido ofreciendo en los últimos meses algunas pistas sobre ello con la futurible escisión de la rama tecnológica de Indra, con el fin de potenciar su objetivo en la seguridad», recalca el analista de XTB.

UGT quiere estabilidad para la plantilla

El sindicato UGT lo tiene muy claro: apoya cualquier movimiento accionarial en torno a Telefónica, siempre y cuando aporte estabilidad a la plantilla. En ese sentido, la entrada de la SEPI como primer accionista «no sólo garantiza la españolidad de Telefónica», sino que, en opinión de UGT, debe eliminar las incertidumbres existentes sobre la posible venta de activos de valor de Telefónica hacia terceros actores, como ha sucedido, recientemente con la venta de la red fija de Telecom Italia a un fondo de inversión.

En consecuencia, UGT valora este movimiento, pues entiende que debe repercutir en una mejora de las condiciones laborales y sociales de las trabajadoras y trabajadores de Telefónica. Y «debería posibilitar la aceptación de nuestros postulados y mejoras por parte de la dirección, permitiendo así la firma del III CEV que está en estos momentos en negociación, aportando de este modo garantías, estabilidad y el blindaje de derechos de la plantilla reclamados desde nuestra organización».

Con relación al ERE, «creemos que el proceso abierto por Telefónica no se verá afectado por la decisión del Ejecutivo, en tanto en cuanto estamos seguros de la posibilidad de llegar a un acuerdo para que la desvinculación de los compañeros y compañeras sea mayoritariamente voluntaria y con unas rentas que, en cualquier caso, garanticen el mantenimiento de su poder adquisitivo, lo que sumado a nuestra petición de un compromiso de contratación de talento joven, permitirá que la repercusión para la economía del país sea positiva a la vez que se apuesta por la continuidad del negocio y la creación de empleo».

UGT solicita que esta inversión del Estado se vea acompañada de «un cambio regulatorio que promueva la competencia en infraestructuras y empleo», ya que la innovación tecnológica, la creación de valor añadido y el empleo de calidad deben ser el eje de crecimiento del sector de telecomunicaciones nacional y europeo. «Una evolución necesaria para descartar la senda de destrucción de puestos de trabajo que ha caracterizado el devenir de las operadoras en los últimos años», destaca UGT.

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